sábado, 21 de diciembre de 2013

ALBAICIN III: Albaicín alto

Vamos a dar un paseo por el Albaicín y lo voy a dividir en tres partes, por cada una de ellas iniciaremos el recorrido por un lugar diferente:

             -   Albaicín I: comenzaremos por Plaza Nueva y veremos desde la Carrera del Darro hasta la calle San Juan de los Reyes, con sus calles perpendiculares entre ambas, y acabaremos en el Paseo de los Tristes.

            - Albaicín II: este recorrido lo comenzaremos en el  Arco de Elvira para ver  la calle Elvira y subir por la calle Calderería Nueva al Albaicín y llegar hasta la Cuesta del Chapiz y recorrerla hasta el final.      
    
           - Albaicín III: empezaremos por la Iglesia de San Ildefonso subimos por la Cuesta Alhacaba para ir a la Puerta Monaita, recorrer todo el Albaicín alto hasta la Iglesia de San Cristóbal y llegar hasta la Plaza Aliatar.

Vamos empezar esta vez por la Iglesia de San Idelfonso (1553 - 1559) en el Paseo de San Ildefonso, cerca de Puerta Elvira.

Es una pequeña iglesia edificada en el siglo XVI fuera del recinto amurallado de la ciudad de Granada, en la zona antiguamente llamada de Rabadasif, cercana a la puerta de Elvira.

Consta de una nave rectangular y cinco capillas a cada lado, siendo la última de la izquierda macizada por la torre. Posee un bello artesonado mudéjar con siete pares de tirantes. En la primera capilla hay una gran carroza barroca de 1765 en la que se llevaba el Viático a los enfermos en las fiestas y Pascua. La cabecera, de planta cuadrada, comunica a la sacristía y dependencias parroquiales.

Lo que más llama la atención de esta Iglesia, es su bellísimo retablo, del mejor barroco granadino, de principios del XVIII. En él se puede contemplar una importante serie de esculturas, talladas y policromadas. Se conservan en las dependencias de la sacristía interesantes piezas de orfebrería y algunas obras de arte de tamaños pequeños pertenecientes a diversos altares de la iglesia, un Crucificado de escuela sevillana y lienzos de escuela granadina del siglo XVIII de la flagelación, la Sagrada Familia y la Virgen.

El conjunto barroco fue realizado en 1720 en madera policromada con esculturas de José Risueño representando la imposición de la casulla a San Ildefonso rodeado de otros santos. Tiene una gran riqueza decorativa y variedad de imitaciones de mármoles de distintos colores.

Iglesia de San Ildefonso,
del siglo XVI
Carroza barroca de 1765,
para llevar el Viático a los enfermos
             





Aljibe de San Ildefonso Siglos XIV-XV. Nazarí. Situado bajo la casa nº 2 de la calle Baja de San Idelfonso.

Aljibe integrado en un domicilio particular, ubicado en el antiguo Rabad al-Rasif o barrio de la Calzada, en el extremo noroccidental del Albaicín. Su capacidad es de 39 metros cúbicos, alimentado de un ramal de la acequia de Aynadamar o “Fuente de las Lágrimas”, como la casi totalidad de los aljibes del Albaicín.  Consta de una nave rectangular, cubierta con bóveda de medio cañón. 

Al exterior presenta una profunda portada de medio cañón, de trazado irregular, remozada  quizás tras los graves destrozos de una tormenta en 1728. En tiempos recientes dicha portada fue tapiada para aprovechar el hueco como almacén, pero hoy día, tras la restauración de 1985, ha quedado nuevamente abierta. 

                                        

Al lado de la Iglesia de San Ildefonso está el  Cuartel militar antiguo Convento de la Merced
Antiguo Convento de la Merced.   1500-1699 .   Mudéjar.

Edificio del siglo XVI-XVII compuesto de iglesia y convento. Este último posee un claustro de grandes dimensiones que data de la primera mitad del siglo XVII. Tras un jardín anterior se llega al gran zaguán y de allí se pasa al claustro, que es cuadrado, peristilado en sus cuatro lados, con treinta y seis arcos de medio punto soportados por columnas de mármol de Sierra Elvira en cada lado. Gran fuente central y jardines. El piso superior está formado por ventanas con antepechos de ladrillo. Todos los huecos están enmarcados por paños del mismo material. Frente a la entrada está la escalera, en piedra, monumental, de tres tramos, con acceso por dos arcos rebajados sostenidos por pilastras. Tiene baranda de piedra y termina en un arco carpanel que da paso al piso superior. Se cubre con una espléndida bóveda elipsoidal sobre pechinas, barroca, adornada con relieves de la Inmaculada y de diversos santos protectores de la Merced.

La iglesia, es obra de 1530 aproximadamente, de planta de cruz latina con capillas en la nave y cabecera poligonal, hoy dividida su altura. Tenía magníficos techos, mudéjar el de la nave mayor, con tirantes y racimos de mocárabes y alguna nota renacentista. Sobre el brazo del crucero hay que reseñar también buenas armaduras de lazo, y la de la capilla mayor, de planta octogonal, es espléndida, pendiendo de su almizate nueve racimos de mocárabes. El crucero lo cubría una cúpula de madera apoyada en monumentales arcos ojivales con pechinas decorados con escudos de la Orden, cornisa con ornato plateresco y rosetones góticos con racimos de mocárabes en los centros. Fue desmontada y está hoy en los Museos del Patronato de la Alhambra. La portada, obra del siglo XVII, demolida en 1860, encerraba su arco entre cuatro columnas dóricas estriadas que soportaban un segundo cuerpo de orden corintio, con frontón con las armas de los mercedarios y varias esculturas.

El Convento de la Merced Calzada se fundó en 1492, bajo el patronato de los Reyes Católicos, para la redención de cautivos, y estuvo instalado en un primer momento en el Hospital de San Lázaro, hasta que en 1514 se le cedió por el Ayuntamiento un corral de ganados y el matadero del Albaicín, que ocupaba el sitio actual, labrándose en él la Iglesia y el Convento, que después de la exclaustración fueron destinados a cuarteles.

El convento de la Merced, sede del Gobierno Militar de Granada, fue construido desde 1514. Conserva un claustro de treinta y seis arcos del siglo XVII y una escalera con cúpula barroca elíptica. Su iglesia, con planta de cruz latina, conserva parte de sus armaduras de lazo mudéjares.

    

Llegamos a la Cuesta Alhacaba y nos metemos a la derecha por el Carril de la Lona, enseguida está La Puerta Monaitadel siglo XI, de la época zirí. Era uno de los principales accesos al antiguo recinto amurallado.

Su nombre árabe original es el de Bab al-Unaydar (Puerta de las Eras), al parecer por la existencia de una era cerca de la puerta; mientras que el término Monaita sería de la castellanización de Unaydar.

Presenta la puerta un acceso con dos arcos de herradura de piedra ligeramente apuntados y unidos por una bóveda de medio cañón. Tras esto se accede a un pequeño patio cuadrado para la guardia que formando una entrada en recodo simple conduciría a otra puerta que da paso a la alcazaba y de la cual no quedan apenas indicios. Los materiales empleados para levantar el conjunto de los dos arcos de herradura es la piedra, utilizando para las dovelas la proveniente de La Malahá, la de las jambas de piedra franca y los dinteles de ladrillo. La bóveda de cañón intermedia es de ladrillo rojo estando reforzado por dos arcos fajones, igualmente de ladrillo, que soportan el peso de la estructura llevando el empuje de la bóveda hacia el suelo. En esta bóveda se pueden apreciar las quicialeras de madera donde encajarían las puertas originales. La entrada da acceso a un patio rectangular que, al no tener una puerta de entrada enfrentada a la exterior, da lugar al tipo llamado puerta en recodo sencillo, esta estructura es una de las principales características de la Puerta Monaita.

La disposición de dos entradas formando un giro entre ellas mejora con creces el sistema de dos puertas opuestas ya que ante un ataque los defensores embestirían de frente al enemigo con mayor ventaja. Esta puerta junto a la de las Pesas son las primeras que utilizan este sistema defensivo en todo el territorio andalusí.

A la derecha de la puerta se dispone un gran torreón de medidas irregulares ya que no tiene forma rectangular. La torre defiende la entrada a la puerta además de servir de apoyo a esta. Al otro lado de la puerta se sitúa el arranque de la muralla aunque muy transformada todavía se pueden observar el parapeto original y el amplio grosor de sus muros ya que tenía la función de albergar un adarve en la parte superior. La escalinata de acceso es reciente y cubre la rampa original que daría acceso en zigzag a la puerta. Esta rampa es usual en las construcciones musulmanas para una mejor defensa ya que dificultaba la llegada a la puerta haciendo que los caballo resbalaran y el jinete tuviese que desmontar para llegar al recinto.


            

Seguimos por el Carril de la Lona, a lo largo de la calle se ven unas vistas magníficas de Granada, tanto es así que hay un mirador llamado Mirador de la Lona, la ciudad cristiana va señalando con sus cúpulas y torres los hitos de la ocupación castellana y los usos posteriores de la ciudad.

Se ven las cúpulas de todas las iglesias desde la Catedral, Sagrado Corazón, Santos Justo y Pastor, Monasterio de San Jerónimo y San Juan de Dios.







Vista del Monasterio de San Jerónimo y la Iglesia del Perpetuo Socorro (Redentoristas )








                       Vista de la Catedral con sus dos torres







Llegamos a la Plaza de San Miguel Bajo, donde encontramos la iglesia de San Miguel Bajo y un aljibe de época musulmana. Destaca la presencia en el lado sur de la plaza del llamado Cristo de las Lañas, por las lañas de hierro que sujetan sus piernas y brazos. El Cristo fue arrastrado y destruido por los soldados republicanos cuando estalló la Guerra Civil, pero los vecinos ocultaron los fragmentos en sus casas, después reconstruyéndolos con las grapas, y llamándolo, desde entonces, el Cristo de las Lañas.

Cristo de las Lañas
en la plaza de San Miguel Bajo
Detalle del Cristo de las Lañas
 









La Iglesia de San Miguel Bajo, llamada así por existir en lo alto del Albaicín -coronando el cerro del Aceituno- otra bajo el mismo titular, San Miguel Alto.

Esta iglesia se encuentra presidiendo la plaza también de idéntico nombre. Construida en el siglo XVI en el solar ocupado hasta entonces por una mezquita, de la que se conserva el aljibe.

En ella se observan tres estilos el gótico, mudéjar y renacimiento. Es un templo de una sola nave con capillas laterales entre los contrafuertes y capilla mayor en la cabecera cubiertas por armaduras mudéjares, siendo especialmente hermosas las de la capilla central y el primer tramo de la nave.

Realizada la construcción en el arte mudéjar, presenta dos portadas (una a los pies y otra en el lateral que da a la plaza) realizadas bajo la traza clásica propia del Renacimiento. La portada de los pies, presenta una hornacina en la que queda una escultura del titular del templo, el arcángel San Miguel sometiendo a Satanás. Mientras la portada lateral, adintelada, queda rematada por un medallón en el que se representa a San Pedro, y dos mosaicos uno a cada lado con los titulares de la cofradía Nuestro Padre Jesús del Perdón y María Santísima de la Aurora Coronada.

La Iglesia de San Miguel Bajo, puerta con mosaicos
a los lados de las imagenes que procesionan en la
Plaza de San Miguel Bajo
Portada con hornacina
del arcángel San Miguel sometiendo a Satanás
 

Aljibe de San Miguel Bajo. Siglo XIII. Nazarí


Aljibe integrado en la iglesia de San Miguel Bajo, en el área de la Alcazaba Qadima, que perteneció a una antigua mezquita, lo que evidencia la íntima relación existente en el Albaicín entre los edificios religiosos y los depósitos públicos de agua. Éste, con capacidad de 90m3, presenta una planta irregular: un callejón de formas quebradas, en parte visible desde la capilla bautismal, va desde la boca hasta la sala central rectangular, con cuatro bóvedas de cañón sostenidas por un pilar central. Al exterior, el aljibe presenta una portada de arco de herradura apuntado de ladrillo, con alfiz, sobre dos fustes y capiteles de acarreo de origen romano.

Fotografía
Aljibe de San Miguel bajo del siglo XVI
La iglesia con el aljibe al lado
   
En la plaza de San Miguel Bajo también se encuentra la Casa Morisca “el Corralón”, Siglo XVI. Mudéjar.

Casa morisca ubicada en un amplio solar de la antigua Alcazaba Qadima. Aunque sufrió importantes reformas en el siglo XIX, caso de la composición regular de vanos observable en su fachada, ha sido rehabilitada en los años ochenta del pasado siglo. Un zaguán en recodo da paso al patio cuadrado, con alberca central, pórticos en tres de sus frentes y galerías superiores. Destaca la sala superior de la crujía norte, a la que se ingresa por un arco de yesería angrelado, enmarcado por alfiz, con tacas y decoración de ataurique en las enjutas. Si esta sala se cubre con armadura policromada de lima moamares, otra dos, situadas en la crujía este, lo hacen con armaduras de limas bordones.

                                    


Un poco más adelante está la entrada al Monasterio de Santa Isabel la Real, entramos al recinto del monasterio, la puerta de la iglesia es preciosa (pero está cerrada), vamos hacia la zona de clausura donde hay un mosaico de Santa Clara de Asís, pues estas monjas son clarisas, llamamos al torno para comprar magdalenas, pero no les quedan.

Fue fundado como convento en el año 1.504, por intercesión de Isabel la Católica, y de ahí su nombre. Con anterioridad  a la amortización de Mendizábal poseía una gran cantidad de jardines que hoy son espacios públicos.

El monasterio, por su parte, fue construido entre los años 1.574 y 1.592, sobre parte de un palacio antiguo, posiblemente parte del Palacio de Dar al Horra.

Destaca su magnífica portada que diseño Enrique Egas en estilo gótico flamígero, también llamado isabelino por su extensivo uso en aquel reinado. Podemos ver símbolos de los Reyes Católicos en su portada, como el yugo y las flechas.

Su iglesia es de una sola nave. El presbiterio se encuentra a gran altura sobre el resto de la iglesia, en la capilla mayor decorada con pinturas murales. Arco toral apuntado, sostenido por pilastras con capiteles de hojas, todo él decorado con pinturas murales. Retablo mayor renacentista del siglo XVI, reformado en el siglo XVIII añadiéndole la parte central de estilo Barroco.

Tiene una esbelta torre mudéjar con azulejos moriscos y un pequeño balconcillo.

Consta de un claustro con cenadores y corredores sostenidos por columnas dóricas. las techumbres de claustro, coro, escalera y otras dependencias son buenos ejemplos del estilo Mudéjar.

Portada de acceso al recinto
Iglesia del Monasterio 
Portada de estilo isabelino
   
Enfrente está el antiguo Hospital de la Tiña o de la Virgen del Pilar (Casa del Marqués del Cenete), Siglo XVII. Mudéjar. Manierismo (está en la calle Tiña pero se entra por la calle Santa Isabel la Real).

El hospital se levantó sobre el palacio nazarí en el que Boabdil fue reconocido por segunda vez como rey de Granada en 1485. Tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos el edificio fue cedido al Marqués del Cenete, don Rodrigo de Mendoza, cuyo linaje mantuvo la propiedad hasta su venta a Pedro de la Calle, padre del fundador.

Las fundaciones hospitalarias patrocinadas por la nobleza fueron habituales durante el Antiguo Régimen. Éste es el caso del hospital para tiñosos, dedicado a Nuestra Señora del Pilar, promovido por Don José de la Calle, Caballero Veinticuatro de Granada y Capitán del Ejército de Felipe IV, quien, en 1662, lo fundó en agradecimiento por la cura de la enfermedad que padeció.

Las Madres Mercedarias pasaron a regir el hospital que posteriormente se convirtió en orfanato para niñas, uso al que se dedicó hasta la década de los 80 del siglo XX.

La casa estaba organizada en torno a un patio con portada clásica de piedra, con la inscripción de la familia Calle, tras ella hay un empedrado granadino hasta la entrada que presenta un arco sobre el que se encuentra una hornacina con la imagen de la Virgen del Pilar.

La remodelación llevada a cabo en el siglo XVII desvirtuó la construcción original de época nazarí, conservándose el patio alrededor del que se organizan las demás estancias. Se mantiene una pequeña alberca en el centro de su lado sur. Dicha remodelación supuso la construcción de galerías porticadas en los cuatro lados del patio, sin grandes pretensiones estéticas. En las doce columnas que sostienen los pórticos encontramos elementos nazaríes reutilizados, mezclados con otros de época tardogótica y proto-renacentista.

En el interior sobresale la utilización en el patio de columnas pertenecientes al antiguo palacio nazarí.

El patio es de empedrado granadino y tiene en el suelo dibujado un escudo y la fecha de 1883.

En la actualidad está regentado por religiosas que acogen niños y niñas.


 

 





Detrás de Santa Isabel la Real se encuentra el Palacio de Dar al-Horra es un palacio nazarí. Se construyó en el siglo XV, sobre un palacio zirí anterior, del siglo XI.

Su nombre árabe viene a significar Casa de la Señora. En este palacio, habitó en su momento Aixa, reina y madre de Boabdil. En ella vivió posteriormente el Rey con Isabel de Solís, (que fue previamente una esclava cristiana que cautivó al Rey) convirtiéndola en su segunda esposa. Tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos, fue cedida a Don Hernando de Zafra. Más tarde quedó integrada en la clausura del monasterio de Santa Isabel la Real, hasta su adquisición por parte del Estado, ya avanzado el siglo XX. Está situado en lo alto de lo que fue la al-Qashba Cadima, o Alcazaba Vieja, núcleo inicial de la Granada musulmana, junto a los lienzos de la muralla de dicho barrio fortificado.

El palacio tiene dos pisos y torreón y se organiza en torno a un patio con dos galerías en los lados menores, ambas de tres arcos, el central más alto que los laterales. Dichos arcos son de medio punto, peraltados y angrelados, y las columnas que los sustentan son cilíndricas, con capiteles típicamente nazaríes. El patio muestra una pequeña alberca cuadrada en su centro. En el techo de la sala baja se conservan pinturas. La sala alta tiene como protagonista el mirador, que es además el elemento más reconocible desde el exterior. Su techo está constituido por una armadura de par y nudillo. A lo largo de la historia sufrió varias modificaciones, siendo la más destacable la sustitución de una de sus crujías por una pequeña nave mudéjar, construida como iglesia provisional del monasterio. No obstante, gran parte del palacio y de sus decoraciones originales han llegado a nosotros en buen estado de conservación.

El acceso se hace a través del callejón de las Monjas, estrecho, quebrado y largo pasaje que nace en la plaza de San Miguel Bajo y termina en la Placeta del Cristo de las Azucenas.

Muy visible desde el mirador de San Cristóbal quizás el mejor lugar para abarcar la construcción en su práctica totalidad. El propio callejón transcurre por su fachada norte desde donde vemos la sobria pared con algunas ventanas de las estancias y los diferentes tejados. Sigue la construcción el esquema árabe de encerrar los jardines y cármenes con sus exquisitos interiores entre paredes poco llamativas, reservando el lujo y la exuberancia para el interior.

Palacio de Dar al-Horra
Patio interior con alberca
           
Desde aquí pasamos por la Arco del Ladrón del Agua en el Callejón de las Monjas.  El callejón está situado a espaldas del convento de Santa Isabel y muy próximo al lienzo norteño de la muralla de la Alcazaba Vieja, paralelo a la barranquera de la Alhacaba. Un torreón del viejo recinto es visible desde un recodo, allí donde de uno a otro lado cruza el acueducto llamado Arco de las Monjas y Ladrón del Agua, conductor del agua de la acequia de Aynadamar. El arco es el más llamativo accidente del callejón. Cubierto en su parte superior por las hiedras, las masas de hojas penden, arracimadas, adornando graciosamente la obra entre parduzca y rojiza, manchada siempre de humedad.

El rumor suave del agua se percibe allí, y el hálito de las hiedras húmedas, el roce de la hojarasca y el susurro del aire, claramente audible en la silenciosa soledad del sitio, hacen revivir en la mente la trágica leyenda del Arco de las Monjas, donde, según las antiguas tradiciones granadinas, una mañana del año 1705 aparecieron ahorcados los cadáveres de varios conspiradores, apresados en una encerrona cuando laboraban secretamente en favor de la casa de Austria, en los días de la guerra de sucesión, a la muerte de Carlos II.

Arco del ladrón del Agua, al fondo
 la Iglesia de San Cristóbal
Por aquí llegamos a la Placeta del Cristo de las Azucenas  (también llamado Huerto de Carlos), donde se encuentra el aljibe del Rey y el Carmen del Aljibe del Rey en la actualidad es el Centro de Interpretación del Agua.

Aljibe del Rey, también llamado Aljibe Grande de la Alcazaba o Aljibe Viejo.  Siglo XI.  Zirí


El mayor de los aljibes islámicos de Granada, con capacidad para 300m3, construido en el siglo XI para el aprovisionamiento de agua a la Alcazaba Qadima del Albaicín. De planta basilical, consta de cuatro naves cubiertas con bóveda de cañón, entre tres galerías de arcos de medio punto sobre pilares cuadrados. Presenta restos de lumbreras sobre las bóvedas, ocultas bajo el Carmen del Rey, lo que indica que debió tener una estructura aterrazada para recoger agua de lluvia, además de la procedente de la acequia de Aynadamar.

La boca del aljibe, en un ángulo, es de construcción moderna, con sencilla portada de arco de medio punto con alfiz.

                             Fotografía

El Carmen que lo acoge, restaurado en 2005. Contiene un jardín de nueva creación.


El Carmen del Aljibe del Rey, situado en la Plaza del Cristo de las Azucenas, junto a la muralla Zirí y muy cerca del Palacio de la Dar-al-Horra, ha sido rescatado no hace mucho tiempo a los granadinos por ser sede de la Fundación Agua Granada, dependiente de la empresa de aguas granadina Emasagra. En él se ha instalado el Centro de Interpretación del Agua, que aunque escaso en salas y de forma sucinta, presenta al visitante una información más que interesante sobre el proceso del agua en Granada, y especialmente en torno al barrio del Albaicín. Por otra parte, el edificio, tras su reciente restauración, presentaría un aspecto característico de un carmen albaicinero si no fuera porque la fachada es de ladrillo en lugar de encalada. Su interior destaca, aparte de por su sencillo patio, por sus jardines, que aunque relativamente pequeños, consiguen crear un ambiente ideal para el sosiego o para escuchar poesía o recitales de música.

Aquí podemos observar las canalizaciones que conducen a la entrada del aljibe.

Los jardines nos los encontramos adornados con elementos arqueológicos provenientes de distintos edificios desaparecidos de la ciudad, por ejemplo algunas columnas, trozos de fuste o solería proveniente del Carmen de los Mártires o la solería que vemos que son las placas de mármol usadas como mostradores en la antigua Plaza de la Pescadería; elementos que como en este caso forman un pasillo casi ceremonial que conduce la vista hacia la Iglesia de San Cristóbal, la que por cierto tuvo en su momento una torre mucho más alta que la actual. También alguna que otra rueda de molino acompaña a la exuberante vegetación y a alguna fuente, que dejan ver al fondo el palomar del Palacio de Dar al-Horra.

En definitiva, piedra, jardín y agua (representadas por fuentes, pozos o acequias), consiguen crear un entorno especial.

  

A su lado está la Placeta del Cristo de las Azucenas también conocido como El Huerto de Carlos con dos fuentes centrales una de ellas con forma de estrella y la otra redonda, ambas vacías lo que le afea un poco, el parque está un poco descuidado con bancos rotos pero tiene unas vistas de la Alhambra magníficas, es otro de los miradores que hay en el Albaicín.

Hay restos de la muralla ziri que están acristalados en el suelo, y el cristal que lo recubre roto por varias zonas.

Vista desde el Parque 
Debajo del cristal, restos de la muralla zirí
   
Bajamos unas escaleras y llegamos al Camino Nuevo de San Nicolás donde se encuentra el Carmen-museo Max Moreau, antiguo Carmen de los Geranios en Camino Nuevo de San Nicolás nº 12.

Es el Museo Municipal ubicado en el Albaicín. Fue la residencia del artista belga Max León Moreau, que dejó a la ciudad de Granada como heredera de todos sus bienes. El ayuntamiento restauró la propiedad de quien fuera nombrado hijo adoptivo de la ciudad e inauguró el Carmen-museo el 29 de octubre de 1998 tal y como reza una inscripción sobre azulejos que puede leerse tras acceder al recinto.

Este carmen de tres edificios, destaca por sus patios. En el primero de los edificios el Ayuntamiento ha instalado una Sala permanente de exposición. Tras el patio, hay una hermosa fuente y se llega al estudio del autor. En una galería de exposiciones se muestra parte de la producción de este artista: retratos, naturalezas muertas y paisajes. En el edificio central se puede visitar el estudio del artista que se ha conservado como lo dejó. También en sala contigua se muestra en paneles un recorrido biográfico por la vida de Moreau.

El carmen de Max Moreu, a pesar del aspecto moderno de su acabado, refleja el espíritu de esa construcción tan típicamente granadina que denominamos carmen, expresión que procedente del vocablo árabe karm significa tanto viña como huerto o jardín. La estructura del carmen es la de una construcción modesta cerrada por muros exteriores asentada sobre bancales o paratas distribuidos en distintos niveles que incluyen vivienda y jardín, estructura que aun siendo de origen romano fue desarrollado durante la época musulmana.


  

Seguimos hacia la plaza de San Nicolás y entramos en la iglesia que está de obras pero en la entrada tiene una pila con tapa para que la gente haga donativos, si se quiere subir al campanario hay que pagar entrada y la verdad no merece mucho la pena, pues las vistas son las mismas que abajo sólo que se dificultan un poco por las campanas.

La iglesia de San Nicolás perteneciente a un modelo de iglesia mudéjar de plan sencillo y austero (una sola nave sin capilla mayor y con torre sin decoración a modo de alminar islámico) con vinculaciones constructivas góticas, adquiere enorme significación por connotaciones históricas (su destrucción en los años inmediatos a la Guerra Civil Española y su posterior reconstrucción es todo un símbolo de la significación social e instrumentación del Patrimonio Histórico) y paisajísticas, en este caso por su vinculación con el Mirador de San Nicolás, el más relevante y conocido de los miradores de Granada.

La portada actual se sitúa en la fachada meridional dando a la placeta de (del Mirador de) San Nicolás y enfrentada directamente a la Alhambra. Fue realizada en el siglo XIX. La torre construida en 1543 recuerda a los alminares hispanomusulmanes. De planta cuadrada se adosa en el ángulo izquierdo de los pies del templo.

En el centro de la plaza hay una cruz de piedra.    

              

Aljibe de San Nicolás  Siglos XV-XVIII


Aljibe de 62m3 de capacidad, de tipología distinta a las demás construcciones de este tipo en el Albaicín. Es de planta casi cuadrada con gran bóveda de cañón trasdosada al exterior desde los años cuarenta, época en la que se le añadiría el pilar con dos caños. El aspecto inusual de dicha bóveda, junto a la portada de ladrillo con hornacina reciente, recuerda formas propias de capillas y ermitas barrocas con fuerte impronta urbana, lo que induce a pensar que se trata de una obra cristiana, que remodela o sustituye a un aljibe hispanomusulmán perteneciente a la mezquita sobre la que se levantó en el siglo XVI la iglesia de San Nicolás.

Fotografía
Aljibe de San Nicolás
En septiembre de 2013 le adosaron en su parte
posterior un pilar
   
Al lado de esta plaza está la Mezquita Mayor de Granada, está abierta y entramos, llama la atención que estando tan cerca de la plaza  donde hay tanta gente, aquí no hay nadie. Nada más entrar tiene un jardín con dos fuentes  y unas vistas magníficas de la Alhambra.

Es un templo islámico inaugurado en 2003. Se trata de la primera mezquita construida en Granada desde 1492, después de un paréntesis de 500 años.

Está compuesta por tres elementos bien diferenciados. El Jardín, la sala de oración, que es la Mezquita, propiamente dicha, y el Centro de Estudios Islámicos.

El Jardín se asoma al valle del río Darro y al monte de Sabika, en cuya cima se erige la Alhambra. Al fondo se divisan las cumbres de Sierra Nevada. Las variedades botánicas de este jardín son todas mediterráneas, pino, olivo, granado, naranjo y limonero, y las dos fuentes de mosaico netamente andaluzas.

La Mezquita se ha decorado con sobrios elementos tomados de las tradiciones del mundo islámico. El mihrab, que marca la dirección de la oración hacia Mekkah, es una réplica del de la Mezquita de Córdoba. Los paneles de madera de cedro del Atlas, tallados a mano, contienen una aleya del Corán, donde se nombran algunos de los atributos divinos.

Los paños de mármol de diferentes colores son idénticos a los de la Mezquita de Al Aqsa de Jerusalén. Las grandes ventanas de la qibla, son copia de las de la Mezquita Azul en Estambul. La fuente y los mosaicos del patio que da acceso a la sala de oración han sido realizados por artesanos de Fez, que han preservado los mismos diseños y las mismas técnicas utilizadas en la Granada musulmana de hace mil años.

El Centro de Estudios Islámicos, tiene un programa de conferencias, clases de lengua árabe, exposiciones y cursos de temas relacionados con el Islam y el legado islámico de España. También incluye una sala de conferencias con capacidad para 140 personas y una sala de exposiciones. En la planta baja y en el zaguán principal de entrada, se encuentra la recepción y la tienda de libros, artesanía y recuerdos de la mezquita.

El alminar es una torre de proporciones y silueta genuinamente albaicineras. La inscripción en mosaico con caligrafía kufica que se puede leer bajo su alero es la declaración de fe:

“No hay más dios que Allah. Muhammad es el mensajero de Allah.”

                  

            

Viniendo desde la Plaza de San Nicolás y después del recodo central nos topamos con los restos de la muralla de los siglos X-XI justamente donde se halla abierta la Ermita de San Cecilio que es una transformación cristiana oportunista pero bella. En ese lugar pudo estar el Hinz Roman (Castillo del Granado) que, por deformación, pudo dar nombre a la ciudad. En época almorávide se cegó la puerta original de ese lugar (Bib Qastar) por que se creía, de acuerdo con la leyenda, que por esa vieja puerta entrarían los invasores que acabarían con la ciudad árabe y con el poder político que esta cultura representaba.

Bajo la minúscula espadaña erigida sobre la sólida y vetusta muralla, se insinúa la portada de la Ermita de San Cecilio, patrón de Granada: Fué construida en 1.752 y conmemora la supuesta prisión del santo y sus once compañeros en el siglo I, antes de ser quemados en hornos de cal.

La ermita ocupa el interior de la antigua "puerta de Hernán Román”, que es una de las 7 puertas con que contó el recinto de la Alcazaba Qadima del Albaicín.

La espadaña de la Ermita de San Cecilio está coronada por una veleta.

Entrada a la pequeña capilla 
excabada en la Puerta de Hernán Román
Vista de la espadaña y de la muralla
 






Seguimos por el callejón de San Cecilio y pasamos por la Puerta de las Pesas para llegar a la Plaza Larga.

Puerta de las Pesas o Puerta Nueva. Siglos XI-XII de estilo almorávide.

Llamada así por ser el lugar en el que se exhibían colgadas las pesas trucadas decomisadas a los comerciantes de las carnicerías y demás establecimientos públicos instalados en torno a la Plaza Larga, construida en 1576 y convertida en el centro neurálgico del Albaicín repoblado tras la expulsión morisca. De las 7 puertas que poseyó el recinto amurallado de la Alcazaba Vieja, esta fue construida para facilitar la comunicación con el arrabal del Ensanche, conocido a partir del siglo XIII como “rabad al-Bayyazín” (Albaycín). Ubicada en el costado de una antigua torre, constituye una de las primeras puertas en recodo de la arquitectura defensiva hispanomulsumana en Granada.

Su fachada exterior, con arco de herradura, da acceso a un pasadizo cubierto con bóvedas de cañón en os tramos rectos y bóveda baída de ladrillo en el ángulo del pasillo que forma el codo. El pavimento actual está un metro por encima del nivel original.

Puerta de las Pesas,
por el Callejón de San Cecilio
Puerta de las Pesas,
por la Plaza Larga
    
Plaza Larga: es el punto de confluencia para los habitantes del barrio del Albaicín, centro comercial y de encuentros. Esta zona refleja el pulso albaicinero, el encanto de su mestizaje y calidez de pequeña comunidad. En plaza Larga y sus principales afluentes, que son la calle del Agua y la calle Panaderos se puede comprar de todo sin necesidad de bajar a la ciudad. A ello contribuye también el mercadillo que se instala en la plaza, como alegre zoco de la ciudad.

La Plaza Larga tiene una configuración ligeramente rectangular y dimensiones modestas. Esta equilibrada proporción no se ve compensada por las alturas de los edificios que la rodean, casi todos de tres plantas. Sus fachadas, algunas del siglo XVII, no tienen mayor interés, salvo la neoárabe Casa Pasteles, nombre popular otorgado por los granadinos, pues en ella se emplaza una cafetería castiza en la que se pueden saborear exquisitos dulces que preparan en su propio obrador y sirven en verano una singularidad por todos conocida: la famosa “leche rizada”.

Como era de esperar, la imagen de la plaza ha cambiado a lo largo del tiempo, incluyendo la desaparición de importantes infraestructuras y ornato. Para hacernos una idea de su evolución, hay una inscripción colocada en la puerta de las Pesas para recordarnos que el espacio fue abierto en 1576 y que en él se instalaron unas carnicerías, un lavadero y una fuente con una imagen de Cristo, sustituida a su vez por una cruz de piedra en 1694, también desaparecida. Estas obras, realizadas después de la expulsión de los moriscos, tenían como objeto castellanizar el barrio y dotarlo de infraestructuras para evitar que no se fueran los pocos colonos que habían llegado a llenar el vacío demográfico dejado por los moriscos.

               

Vamos en busca de la Iglesia de San Bartolomé, lo primero que vemos, en una calle muy estrecha, es la torre, es muy bonita, a la vuelta está la plaza de San Bartolomé. Tiene una cruz en el centro y al pie de la iglesia un aljibe.

Iglesia de San Bartolomé. Siglo XVI de estilo mudéjar, renacimiento.

Responde a la plena configuración del renacimiento mudéjar granadino. La técnica gótica de arcos diafragma se suprime en favor de una nave más uniforme cubierta por una armadura de tradición mudéjar. Suprimida como parroquia desde 1842, su interior se encuentra desornamentado de mobiliario litúrgico, subrayándose aún más la arquitectura de su nave única –sin capillas laterales- y de su capilla mayor, separada mediante arco toral y cubierta con armadura ochavada. La anómala disposición de la capilla bautismal a los pies del templo obedece al aprovechamiento de la estructura del antiguo aljibe nazarí.

La torre destaca por sus cinco órdenes de ventanas, todos distintos y decorados con azulejería; así como por su importantísimo trabajo de “ladrillo raspado” (tallado) en las ventanas y molduras de separación de los pisos.

Iglesia de San Bartolomé,
donde se aprecia su bonita torre
Portada de la Iglesia de San Bartolomé
       
           Portada principal y aljibe


















Aljibe de San Bartolomé.  Siglo XIV. Nazarí


Como es habitual en la cultura islámica, que entiende el agua como un bien público por concesión divina, este aljibe se ubicó junto a la antigua mezquita Burriana, derruida en 1554 para construir la parroquial de San Bartolomé, estando hoy bajo la capilla bautismal de dicha iglesia, desde la que se podía extraer agua por un brocal. Es de planta rectangular, con capacidad de 30 metros cúbicos, cubierto con una bóveda esquifada cruzada por otra de cañón. Su portada, que se abre al exterior de la iglesia, en un costado de la misma, es de ladrillo, con pequeña bóveda de cañón que cobija la boca de medio punto. Al lado se conserva un arquillo ciego, resto de una alcubilla o depósito para su distribución.
    
El aljibe está embutido en la capilla bautismal de la iglesia.

              Fotografía    

Cruz de la Plaza de San Bartolomé

En la plaza que da paso a la Iglesia de San Bartolomé, se levantó en el año 1600 una cruz que venía a cristianizar aquel encendido lugar albaicinero que ocupó la Mezquita de Burriana. Se situó junto a un postigo que daba paso a una Iglesia de menores dimensiones hoy ya tristemente desaparecida, la de San Lorenzo. Hubo de tener el lugar un sabor incluso más característico y peculiar que el que ya de por sí exhibe hoy día. La cruz, fue dañada en 1932 por los republicanos, restaurada felizmente y aún hoy luciendo su contundente traza en este espacio urbano tan exquisito.

Cruz en la Plaza de San Bartolomé
La iglesia desde la Plaza de San Bartolomé con su cruz






















Ahora nos dirigimos hacia la iglesia de San Cristóbal, pero justo antes está el aljibe, está muy escondido, a unos 6.30m bajo el nivel de la calle y hay que descender por una escalera.

Aljibe de San Cristóbal o Aljibe de la Xarea.  Siglo XIII. Nazarí

Aljibe junto a la iglesia de San Cristóbal, levantada sobre la antigua mezquita del barrio de la Saria. El conjunto es una notable obra de ingeniería: una escalera de planta pentagonal de 6'30 metros de profundidad salva el desnivel entre la acequia de Aynadamar y el aljibe, al que suministra agua una mina subterránea todavía conservada, que proviene de un tomadero junto a la Casa de los Mascarones. El depósito, de 13m3, es de planta rectangular, con bóveda de cañón. Tiene una portada monumental de arco de herradura ligeramente apuntado, con la boca de medio punto y un brocal romano de acarreo. En la base de la escalera se abren una pequeña cueva y otra mina que cruza bajo la iglesia. El conjunto se restauró en 1989.

                         Fotografía

Iglesia de San Cristóbal. Construida en la primera mitad del siglo XVI.

Pertenece a la primera generación de iglesias albaicineras dentro del estilo gótico con técnica mudéjar. El campanario no es el original ya que fue destruido por un rayo en 1.557, rehaciéndose posteriormente. Consta de una sola nave con capilla mayor y capillas laterales. Sencilla portada gótico-mudéjar  con hornacina que contiene la imagen de San Cristóbal.

Está situada sobre el cerro del mismo nombre, lo que la dota de unas vistas espectaculares sobre el núcleo ibero-romano de Granada; al igual que sobre el centro, que queda a sus pies y sobre la vieja muralla zirí.

La iglesia data de inicios del siglo XVI. Comenzó a construirse de manera tan humilde que hubieron de utilizar hasta viejas lápidas musulmanas en sus muros, el uso de materiales de acarreo ha sido algo habitual en la historia. El primitivo templo era pequeño, tenía una sola nave cubierta por bóvedas góticas cuyos arcos y nervios descansan sobre ménsulas que compartimentan el espacio para alojar tres capillas a cada lado. A mediados del XVI se amplió la nave con un nuevo tramo, ahora cubierto con armadura mudéjar, y dos capillas laterales; la capilla mayor se cubrió de otra hermosa armadura ochavada que ardió al poco tiempo sustituyéndose por la actual, mucho más sencilla. En su interior destacan los azulejos del presbiterio. Sus abundantes obras de arte fueron destruidas el 10 de marzo de 1936 en el incendio provocado por los revolucionarios.

La torre, que además de sufrir los daños del incendio del siglo XVI, debido a un rayo,  se vio  tan dañada por los terremotos de 1804 que hubo que demoler su parte superior, de ahí su extraña terminación.

Vista lateral de la iglesia
donde se aprecian los contrafuertes
    Sencilla portada gótico-mudéjar
    

Adosada a la iglesia está la Escuela del Ave María de San Cristóbal como reza un azulejo en su fachada con la figura del Padre Manjón y el año de nacimiento y muerte, así como el año en que se fundó la Escuela del Ave María 1888 y la Escuela de Maestros 1905.

El Centro de Enseñanza Ave María-San Cristóbal surge en 1926 gracias al empeño de Don Pedro Manjón Lastra, sobrino de Don Andrés. Éste, lleva a cabo los trabajos de restauración del deteriorado templo de San Cristóbal gracias a los donativos de numerosos benefactores. Contando con la cesión del templo y de un terreno anexo al mismo por parte del arzobispado de Granada, se inician las obras. En 1926 se reabre el templo de San Cristóbal, junto con algunas dependencias educativas y una vivienda anexa que coincidían con el actual edificio de Educación Infantil. Al principio, sólo se instaló en San Cristóbal una Escuela diurna de niños y otra nocturna para adultos.y así siguió creciendo hasta hoy día.



Enfrente, cruzando la carretera y subiendo una pequeña escalera se encuentra el Mirador de San Cristóbal Se encuentra dominando el oeste del Albaicín y es un punto clave para tener una espectacular panorámica de Granada. Se pueden ver desde aquí los principales puntos de la ciudad: la muralla del siglo XI, construida por los reyes Ziríes, la Catedral, la Iglesia de San Cristóbal, el Convento de Santa Isabel la Católica o el palacio de Dar al Horra, entre otros lugares granadinos destacados.

Ofrece una vista con el lienzo de la muralla zirí en primer término, dando paso a la Alhambra, Sierra Nevada y parte de la ciudad baja de Granada. Presenta una escasa contaminación visual.

Vistas desde el Mirador de San Cristóbal


Mirador de San Cristóbal
Cruz del mirador
Comenzamos a bajar y vemos el Aljibe del Paso o de San Gregorio Alto. Siglo XIII-XV. Nazarí

Aljibe ubicado cerca de la antigua parroquial de San Gregorio Magno o Alto, hoy convento de Madres de Cristo Rey. Su denominación popular se debe al hecho de constituir un pequeño depósito de decantación, de tan sólo 12 metros cúbicos, del ramal principal de la acequia de Aynadamar, la “Fuente de las Lágrimas” que abastecía mediante tomaderos y derivaciones la casi totalidad de los aljibes islámicos del Albayzín. Era el único aljibe no sujeto a horarios de llenado. Su planta es rectangular, cerrada por bóveda de aristas trasdosada al exterior. La boca, en un ángulo, cubierta con bóveda de cañón, se realizó en 1932, fruto de la adecuación urbanística de la placeta en que se ubica el aljibe.

 Fotografía   

Al lado está la torre que veíamos, es la Iglesia de San Gregorio Magno siglos XVI al XVIII. Gótico. Mudéjar. En Calle San Gregorio Alto

Construida en la primera mitad del XVI en el lugar ocupado por una mezquita, era uno de los templos más pequeños y sencillos de Granada. Cubierta por armaduras mudéjares, a fines del siglo XIX se hundió la de la nave, conservándose la de la capilla mayor,[ la cual presentaba unas pinturas]. La original torre se encuentra tras la cabecera del templo, justo en el eje de la puerta, disposición muy poco usual en la arquitectura granadina. Dentro de la torre existe una capillita con cúpula semiesférica. Una desafortunada intervención, en los últimos años del siglo XX, supuso la sustitución de la armadura, incluido el arco que separaba la capilla mayor, por una estructura de hierro camuflada con elementos de las techumbres deshechas.

  

Muy cerca se encuentra la Plaza Cruz de Piedra donde también hay un aljibe y como su nombre indica una cruz.

Aljibe de la Cruz de Piedra. Siglo XIV. Nazarí. El aljibe de la Cruz de Piedra recibe su nombre de la placeta homónima en la que está ubicado, fue construido en el siglo XIV en el periodo nazarí.

Este depósito, como casi la totalidad de los aljibes públicos del Albayzín, se surtía de la acequia de Aynadamar, procedente de Fuente Grande, cerca de Alfacar.

El de la Cruz de Piedra es de planta rectangular, cubierto con dos bóvedas de cañón apuntadas, que se cortan ortogonalmente formando aristas. Sus muros son de tapial, aunque, al igual que las bóvedas, de ladrillo en la parte superior. La solería, por su parte, es de hormigón de cal. Presenta desde el interior la zona de la boca tres losas de piedra Elvira superpuestas, a modo de brocal. Su capacidad total es de 17 metros cúbicos, por lo que se sitúa en el reducido grupo de aljibes hispanomusulmanes granadinos de tamaño pequeño, de menos de 20 metros cúbicos.

El aljibe de la Cruz de Piedra se encuentra inserto dentro de una vivienda particular, su brocal es visible al exterior en la fachada de la edificación.

    Fotografía       

Y muy cerquita está La Puerta de Fajalauza también llamada del Collado u Otero de los Almendros, es de estilo nazarí, y data del S. XVI. Una de las puertas que se ha conservado de la muralla del Albaicín. Por esta puerta entraba subterráneamente al barrio la acequia de Aynadamar, que abastecía a todo el barrio.

La puerta de Fajalauza es uno de los seis accesos que tuvo la muralla del Albaicín fue levantada a mediados del siglo XIV para la defensa del primitivo arrabal de los Halconeros o del Albaicín. Constituye pues el acceso a la parte más elevada del Albaicín nazarí y cristiano comunicando en época cristiana dicho arrabal, con el de los Alfareros. En este lugar, desde 1517, existieron activos talleres de cerámica, uno de los cuales, ha permanecido activo hasta nuestros días, pasando así a denominarse la cerámica popular granadina como cerámica de Fajalauza.

Posee gran importancia histórica ya que en ella se produjeron acontecimiento histórico de gran calado. Fue en este lugar donde el rey Boabdil, último rey Alhamar, entró secretamente al barrio del Albaicín en 1486 para arrebatar el trono a su tío el Zagal que estaba instalado en la Alhambra. También ya en el periodo cristiano la puerta constituyó en época de la Guerra de los Moriscos de Granada (1568-1570) uno de los puntos de encuentro previstos por los sublevados para el alzamiento del Albaicín. 

El aspecto original de la puerta no ha llegado hasta nuestros días ya que a lo largo del tiempo ha sufrido numerosas transformaciones. La primera de ellas se cree que fue realizada en la primera mitad del siglo XVII, cuando se colocó una capilla o tribuna dedicada a San Antonio que pretendía sacralizar bajo la advocación de un santo patrono una antigua puerta defensiva.

En 1899 sufrió varios desperfectos debido al derribo de una casa que estaba adosada a ella, también en el siglo XIX sufrió transformaciones y en el siglo XX se produjeron varias restauraciones dejando finalmente el aspecto actual que presenta.

Actualmente la puerta de Fajalauza está formada por una gran torre almenada, de planta un cuadrilátero irregular, en la que se abre un pasadizo, cubierto con bóveda de ladrillo apainada, aunque a simple vista ofrece el aspecto de bóveda apuntada, que se apoya en dos grandes bloques de argamasa de cal que lo flanquean. En el costado del pasadizo orientado a levante existe un arco de ladrillo de medio punto, hoy cegado, que permite acceder a la azotea ubicada sobre el pasadizo y comunicar la puerta con el lienzo de cerca que viene desde San Miguel Alto. El acceso actual a la torre y terraza se hace hoy día por el lado opuesto, a través de una casa particular.

   
                                           La Puerta de Fajalauza por ambos lados

Volvemos sobre nuestros pasos y llegamos a la Calle de San Luis donde está la iglesia de San Luis hoy en ruinas, solo se mantiene la torre, y un aljibe.

Aljibe de San Luis.  Siglo XIV-XV. Nazarí

Aljibe ubicado cerca de los restos de la parroquial de San Luis, levantada sobre la antigua mezquita de la Pureza (Yami al-Safa), lo que manifiesta la interrelación de los edificios religiosos islámicos y las estructuras hidráulicas. Por su pequeño tamaño, de sólo 4'5 metros cúbicos de capacidad, constituiría, como el aljibe de Paso, un depósito de decantación de limos del ramal secundario de la acequia de Aynadamar. Es de planta rectangular, con bóveda de cañón en la parte anterior, cuyo perfil conforma la boca del aljibe, y ligeramente aquillada en la mitad posterior. La mayor parte de su volumen externo es de fábrica moderna, para facilitar la circulación vial en la parte más estrecha de la calle San Luis.

Iglesia de San Luis IX de Francia calle San Luis, 32

Construida durante el siglo XVI, sólo conserva la torre y las fachadas, pero su cubierta mudéjar se perdió en un incendio durante el año 1.932. Estuvo formada por una nave rectangular con tres capillas laterales a cada lado. Es la única iglesia del Albaicín que permanece en ruinas.


Aljibe de San Luis,
al fondo la torre de la iglesia
Iglesia de San Luis, en ruinas,
sólo queda en pie la torre
      

En la plazuela de Conde, se encuentra el Carmen Amatista que adorna su fachada con una gran hornacina, en la cual nunca faltan flores y luces en honor de la Santísima Trinidad.

Esta casa, que hasta no hace muchos años presentaba su fachada pintada al “fresco”, y en su interior conservaba valores artísticos que la avaricia de los cultos pillos convirtió en dinero, fue un antiguo y aristocrático palacete árabe. A raíz de la Reconquista, y al empezar a despoblarse el Albaicín, dicha casa fue comprada para retiro del viejo capitán D. Álvaro de Lope e Hinestrosa.


                                                  






Debajo de la hornacina, dice: “Alabada sea la Stma. Trinidad.- Ave María Gratia Plena.- Casa núm. 4. Año 1778″









Llegamos a la Casa de los Mascarones Siglos XVI-XVII. Renacimiento. Mudéjar

La construcción se enclava al fondo de un adarve, elemento urbano que refleja la concepción privativa que adquiere el espacio de la calle en la ciudad hispanomusulmana, reducido con frecuencia a vía de acceso a las viviendas. Además de los mascarones o rostros que dan nombre al edificio, destaca la presencia de elementos característicos de la tradición islámica, como el voladizo sobre la puerta de ingreso y el ajimez lateral; el primero permitía aumentar la superficie de habitación, mientras que el segundo   preservaba la costumbre islámica de impedir la visión del interior de las casas.

En el siglo XVII, la casa fue habitada por el poeta Pedro Soto de Rojas y el escultor José de Mora.

Al lado de esta casa hay otra donde según indica un azulejo “la Cofradia del Silencio en recuerdo de José de Mora que en 1695 aquí esculpió su Cristo de la Misericordia”.

        

Pasamos por el Aljibe del Polo Siglo XIII. Nazarí

Aljibe ubicado bajo la placeta del mismo nombre, que quizás tuvo relación con la antigua mezquita de la Buenanueva (Yami al-Busura), y en cuyo entorno existió un pequeño cementerio islámico. /Es un/ Depósito de tamaño considerable, con 50 metros cúbicos de capacidad, alimentado de un ramal de la acequia de Aynadamar. Presenta una estructura bastante compleja: dos naves paralelas de distinta anchura, con nichos en los extremos y dos arcos de separación entre ellas, cubierta la mayor por bóveda de arista de medio punto y la menor por bóveda de aristas apuntada. Sobre la bóveda mayor se ubica la boca del aljibe, en un volumen prismático levantado sobre la plaza, de remate abovedado, rehecho a principios del siglo XX.

     Fotografía       

Llegamos a la Plaza Aliatar (famosa por los caracoles del Bar Aliatar) refrescada por su fuentecilla y sus árboles de Judas de flores rosas, que curiosamente, lo mismo se llaman, árboles del amor que algarrobos locos... enfrente  la Casa de la Cultura, con exposiciones intermitentes; a la izquierda, la Casa morisca de la Doctrina, donde un converso jesuita metía a los reconquistados en la vereda. Enfrente de la plaza está la Iglesia del Salvador con su claustro mudéjar, milagrosamente salvado de los incendios revolucionarios.

               

Casa de la Doctrina, en la Plaza Aliatar del siglo XVI. Mudéjar

Junto con la cercana Colegiata del Salvador, formó parte de la serie de instituciones educativas surgidas tras la conquista de la ciudad para el adoctrinamiento de la población morisca del Albaicín. Fundada por el arzobispo don Pedro Guerrero en 1559, quedó bajo la tutela de la Compañía de Jesús hasta el cese de su actividad en 1577.

La fachada se compone de portada de ladrillo con arco apuntado enmarcado por alfiz, pequeños vanos dispuestos de modo irregular, galería superior abiertos y torre en ángulo. El patio rectangular sólo conserva el pórtico occidental, en el que pilastras de ladrillo y canes de acanto apean una gran viga sobre la que descansa la galería superior de madera.

                     ©ayto.granada: albayzin







     

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