miércoles, 4 de diciembre de 2013

ALBAICÍN I: Carrera del Darro y Albaicín bajo

Vamos a dar un paseo por el Albaicín y lo voy a dividir en tres partes, por cada una de ellas iniciaremos el recorrido por un lugar diferente:

             -   Albaicín I: comenzaremos por Plaza Nueva y veremos desde la Carrera del Darro hasta la calle San Juan de los Reyes, con sus calles perpendiculares entre ambas, y acabaremos en el Paseo de los Tristes.

      - Albaicín II: entraremos por  el Arco de Elvira y recorreremos toda la calle subiendo por la calle Caldereria Nueva y llegando hasta la Cuesta del Chapiz.

               - Albaicín III: empezaremos por la Iglesia de San Ildefonso subimos por la Cuesta Alhacaba para ir a la Puerta Monaita, recorrer todo el Albaicín alto hasta la Iglesia de San Cristóbal y llegar hasta la Plaza Aliatar.

Ya en Plaza Nueva, el río queda cubierto. El cubrimiento del río Darro produjo un cambio radical en la imagen urbana de la ciudad, ocultando –en el menor de los casos–, o destruyendo los 13 puentes, musulmanes y cristianos, con los que contó el río a su paso por la ciudad.

Se conservan cinco puentes en la actualidad, desde Plaza Nueva: El embovedado del rio Darro (al lado de la iglesia de Santa Ana, no se considera puente pues es donde se cubre el rio Darro hasta juntarse con el Genil , al final de la Acera del Darro, en el Puente de Piedra); Puente del Cadí o antigua puerta de los Tableros (en realidad no es un puente); Puente de Cabrera (frente a la Cuesta de Santa Inés); Puente de Espinosa, que comunica el barrio del Albaicín con el barrio de la Churra (frente a la Casa de Castril); Puente de las Chirimías (al principio del Paseo de los Tristes) y Puente del Aljibillo (para subir por la Cuesta de los chinos a la Alhambra). Ya los iremos detallando durante el recorrido.

Dicen algunos que es uno de los paseos más románticos y bellos del mundo, y no se equivocan. La Carrera del Darro y el Paseo de los Tristes –como se conoce popularmente, aunque su nombre auténtico es el de Paseo del Padre Manjón– permiten al caminante relajarse sentado en alguna de las terrazas o muros que bordean el río y deleitarse con perspectivas magníficas de la Alhambra. Es una estampa de ensueño en la que se han inspirado muchos escritores para crear sus grandes obras literarias. La Carrera del Darro es un lugar pintoresco en el que nos vamos a encontrar en no muchos metros con monumentos históricos, hoteles con encanto, restaurantes, tabernas, pubs, tiendas de artesanía... un paseo en el que los amaneceres y anocheceres con la Alhambra como testigo de honor son únicos.

Vamos a iniciar este paseo en Plaza Nueva, es del Siglo XVI.

Esta plaza se construyó para cubrir el río Darro, que fluye por debajo, para crear más espacio en la ciudad. Los cristianos la llamaron 'Nueva' porque fue la primera plaza que crearon allá por el siglo XVI. Querían cubrir el río, un lugar donde ya existían varios puentes, puesto que antaño había, en el lugar que ocupa, un puente de al-Hattabin (Puente de los leñadores) sobre el río, para unir la plaza de San Gil con la actual de los Cuchilleros o Cuchillería, pero que no era suficiente para dar paso a todo el tráfico que subía y bajaba entre la ciudad y la Alhambra. En 1499 se ensanchó ese puente con un arco de ladrillo hecho por Alí de Mediana. Y en agosto de 1506 se autorizó la formación de la plaza. Así, se terminó por embovedar una ancha superficie que formó este gran espacio público. Convirtiéndose en uno de los centros más importantes de Granada, donde se celebraban torneos y corridas de toros, así como ejecuciones públicas.

En la plaza hay una gran fuente posiblemente una de las más bellas y artísticas de toda Granada, y, que se sepa, está aquí desde al menos 1881, si bien es claramente anterior por su estilo. Hecha en piedra gris de aspecto casi marmóreo, luce un gran pilón octogonal con el peculiar aspecto de “pecho de paloma” en los bordes, más cuatro graciosas cazoletas en los lados menores, para recoger el agua. Su armonioso balaustre recuerda un ánfora romana, orada con sencillos relieves semiesféricos. Las leves ondulaciones del borde de la primera taza dejan caer el líquido con notable elegancia. El siguiente pedestal, con forma de pie de copa, sostiene una segunda taza invertida respecto a la inferior, y rematada por una graciosa granada surtidora.  

  

Al lado está  la Plaza de Santa Ana. Está junto con Plaza Nueva, que no sabría decir si es una plaza en sí, o forma parte de Plaza Nueva. En ella está, como su nombre indica, la Iglesia de Santa Ana y en un lateral se colocó el Pilar del Toro que antiguamente estaba en la calle Elvira. Aquí también encontramos La Real Chancillería.

Desde ella ya se comienza a ver la Alhambra, en concreto la Torre de la Vela.

    

La Real Chancillería: cuya construcción comenzó en 1530. El patio de la Real Chancillería fue creación de Diego Siloé hacia 1540, mientras que su fachada, influencia del manierismo italiano, con muchos y variados elementos decorativos, es un primer apunte del barroco que empezaba a introducirse en España.

La creación de la Real Chancillería formó parte del amplio programa de burocratización llevado a cabo en Granada después de su conquista, convirtiéndola en la ciudad con mayor concentración de instituciones ligadas a la monarquía hispana durante el gobierno de los Reyes Católicos y el emperador Carlos. Establecida en 1505, después de que  la Audiencia Real de Castilla fuese dividida en dos chancillerías, tuvo jurisdicción sobre la mitad sur peninsular.

La magnífica fachada principal del edificio trazada por Francisco del Castillo y finalizada en 1587, es manierista, pero acoge gran cantidad de elementos que preconizan claramente el Barroco, es una aportación excepcional a la arquitectura pública del reinado de Felipe II, cuya monumentalidad se realza en el marco urbano de Plaza Nueva, ampliada en el siglo XVI. Es  este edificio una de las obras maestras de Granada más significativas de su época.


Dividida la fachada en dos grandes niveles, en el inferior destaca la grandiosa portada de piedra gris de Sierra Elvira, con tres puertas: la central, mucho más grande y majestuosa que las laterales, consiste en un gran arco de medio punto enmarcado entre firmes pilastras, con dobles pares de columnas corintias adosadas, de fuste acanalado, apoyadas sobre pedestales realzados de piedra. Por encima, de un frontón triangular partido parece emerger una cartela con la inscripción alusiva a la fundación y embellecimiento del palacio por Felipe II, que, en resumen, declara su intención de crear en Granada un lugar adecuado para impartir justicia dignamente.

Las portadas laterales son de menores dimensiones, enmarcadas entre pilastras y protegidas por frontones semicirculares. En el segundo tramo, diferenciado mediante una gran cornisa que abarca toda la horizontal, destaca un gran ventanal central, rematado por un enorme escudo de España flanqueado por las figuras de dos Virtudes: la Fortaleza y la Justicia, reposando simétricamente sobre un frontón semicircular quebrado.

El acceso al palacio se realiza a través de un amplio vestíbulo con cinco arcos sobre gradas que salvan el desnivel natural del terreno. A continuación, desembocamos en el hermoso y amplio patio clasicista, ejecutado hacia 1540, totalmente peristilado, con galería doble en las dos alturas y caracterizado por una gran luminosidad (atribuido a un diseño propuesto por Diego de Siloé). La planta baja exhibe arcos toscanos de piedra gris de Sierra Elvira, y la superior un entablamento cuyo peso reposa sobre zapatas apoyadas en columnas sobre pedestales. La antigua cárcel manifiesta, por otro lado, una curiosa articulación entre sus dos patios, situados a diferente altura, tal vez debido a reajustes del nivel del suelo. Lo más famoso de la Chancillería, sin embargo, es su bella escalera monumental –de tres tramos y cubierta con una magnífica armadura de artesas original– construida en 1578.

Detrás del edificio se construyó una cárcel en el siglo XVII que fue utilizada hasta finales del XIX.

En la actualidad es la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.


Real Chancillería del siglo XVI
Portada manierista
   

Escalera monumental de 1578
Patio clasicista de 1540
 

Enfrente encontramos el  Pilar del Toro: Es de mediados del siglo XVI y la última obra de Diego de Siloé. En la actualidad ocupa un ángulo de Plaza Nueva entre el costado de los juzgados y el atrio de la iglesia de Santa Ana y S. Gil. Pero no siempre estuvo aquí. Estaba situado con anterioridad en el encuentro de las calles de cárcel Baja y de Elvira, junto al comienzo de la Calderería. En 1940 se trasladó aquí.  Es un pilar realizado en piedra de Sierra Elvira.

Su diseño es sencillo pero muy elegante. Consta de una pila rectangular con la característica tendencia panzuda de la parte inferior y remate en cuarto de bocel. El frontal de pilar presenta dos originales figuras masculinas semidesnudas, de cuerpo entero, sentadas casi simétricamente en el borde del pilar, con las piernas cayendo fuera del pilón. Sobre sus fornidos hombros sostienen dos cántaros de donde surgen los caños de agua. En medio, presidiendo el conjunto, destaca una fabulosa talla en piedra de una cabeza de toro, enmarcada por dos lápidas laterales, y de cuyo hocico surgen otros dos caños surtidores (en lugar de por la boca, como suele ser). Abajo un bajorrelieve acoge una pareja de peces en movimiento. Un escudo de Granada antiguo, coronado con volutas y un jarrón con flores y frutas, remata el conjunto de esta bellísima fuente urbana. 

Antes le llamaban de los almizcleros y se surtía con agua de Valparaíso.

Pilar del Toro del siglo XVI de Diego de Siloé
Pilar del Toro con la Iglesia de Santa Ana
     

Al lado está la Iglesia de San Gil y Santa Ana (1501 - 1537) en la plaza de Santa Ana.

Se llama realmente Iglesia de San Gil y Santa Ana pero se le conoce como Iglesia de Santa Ana,  forma parte del conjunto de las interesantes iglesias mudéjares de la ciudad; se sitúa junto a la Ribera del Darro, en el amplio espacio dominado por la Plaza Nueva. Construida durante la primera mitad del siglo XVI.

Se erige en el año 1537 según proyecto de Diego de Siloé, en el solar donde anteriormente se encontraba un oratorio islámico, la mezquita Al-jama Almanzora, y consta básicamente de una sola nave a la que se le adosan capillas laterales y una excelente Capilla Mayor. De aquella anterior mezquita se conserva hoy su alminar, una bella torre de ladrillo de gran esbeltez, donde se superponen hasta cuatro tramos de huecos centrados en su cara principal, sabiamente organizados de menor a mayor en su orden de altura, todos con sutiles elementos decorativos a modo de alfiz que los enmarcan superiormente. Entre las  imágenes que posee  sobresale una Dolorosa de José de Mora realizada en el año 1671.

La portada queda emplazada en el centro tras una amplia grada y realizada en estilo renacentista, esta portada está formada por un alto arco de medio punto flanqueado entre columnas de orden corintio de fuste estriado y sobre basamento, que soportan una cornisa sobre las que se sitúan tres hornacinas con imágenes, y sobre ellas un medallón o tondo con la imagen de la Virgen y el Niño.

Esta Iglesia donde conviven el mudéjar y el renacimiento, está considerada como Bien de Interés Cultural.

        
        Iglesia de Santa Ana                                     Portada renacentista                          Torre, alminar mudéjar

Y aquí comienza la calle más bonita de Granada, la Carrera del Darro, la calle actual data del s. XVII, en el cual, a causa de los destrozos producidos en 1509 por la voladura de un polvorín que había junto a la Iglesia de San Pedro y San Pablo, se derribó parte de la muralla que por aquí corría y se modificó la dirección del cauce del río, ensanchándose la calle.  

Se da este nombre a todo el margen izquierdo del río Darro, hasta el Paseo de los Tristes. No hay que confundirlo con la Acera del Darro que es la calle que va desde  Puerta Real hasta el rio Genil.

Es una de las calles con más solera de la antigua y actual Granada. Abierta después de la Reconquista, sigue el trazado de una antigua muralla de la época árabe que corría paralela al río. De ella salen dos puentes que cruzan el Darro, y comunican la Alhambra y el barrio de Almanzora. Empinadas calles descienden desde el barrio del Albaicín en un intrincado laberinto. Durante toda la Carrera es posible contemplar edificios con portadas de los siglos XVI y XVII y restos de casas árabes.

Ya en Plaza Nueva, el rio queda cubierto. El cubrimiento del río Darro produjo un cambio radical en la imagen urbana de la ciudad, ocultando –en el menor de los casos–, o destruyendo los 13 puentes, musulmanes y cristianos, con los que contó el rio a su paso por la ciudad.

Se conservan cinco puentes en la actualidad, desde Plaza Nueva: El embovedado del rio Darro (al lado de la iglesia de Santa Ana, no se considera puente pues es donde se cubre el rio Darro hasta juntarse con el Genil , al final de la Acera del Darro, en el Puente de Piedra); Puente del Cadí o antigua puerta de los Tableros (en realidad no es un puente); Puente de Cabrera (frente a la Cuesta de Santa Inés); Puente de Espinosa, que comunica el barrio del Albaicín con el barrio de la Churra (frente a la Casa de Castril); Puente de las Chirimías (al principio del Paseo de los Tristes) y Puente del Aljibillo (para subir por la Cuesta de los chinos a la Alhambra). Ya los iremos detallando durante el recorrido.

Dicen algunos que es uno de los paseos más románticos y bellos del mundo, y no se equivocan. La Carrera del Darro y el Paseo de los Tristes –como se conoce popularmente, aunque su nombre auténtico es el de Paseo del Padre Manjón– permiten al caminante relajarse sentado en alguna de las terrazas o muros que bordean el río y deleitarse con perspectivas magníficas de la Alhambra. Es una estampa de ensueño en la que se han inspirado muchos escritores para crear sus grandes obras literarias. La Carrera del Darro es un lugar pintoresco en el que nos vamos a encontrar en no muchos metros con monumentos históricos, hoteles con encanto, restaurantes, tabernas, pubs, tiendas de artesanía... un paseo en el que los amaneceres y anocheceres con la Alhambra como testigo de honor son únicos.

Y nada más entrar en la Carrera del Darro tenemos –en la orilla opuesta al río– la calle Pisas en la que con sólo andar unos metros nos ponemos delante de la Casa de los Pisas, que alberga el museo de San Juan de Dios, quien murió en una de sus habitaciones.

Casa de los Pisa, Museo de San Juan de Dios. Edificio del siglo XVI, con portada gótica y patio.

La Casa de los Pisa, donde se encuentra el Museo de San Juan de Dios, fue construida por la familia Pisa en el siglo XV, poco después de que los Reyes Católicos tomaran la ciudad. 

Los Pisa eran una familia adinerada y con cargos importantes en aquella época. Pero la familia se hace famosa por acoger a San Juan de Dios en su casa para curarlo de una neumonía, el santo no se recuperó y murió el 8 de marzo de 1550. La casa quedó sacralizada por el acontecimiento.

Destacan en su fachada el dibujo del alfiz adovelado tanto de la portada como del balcón superior, y el alero de modillones que la protege. Esta fachada fue una de las primeras de la ciudad en concebirse según los nuevos cánones renacentista, aunque todavía con influencia de la arquitectura bajomedieval castellana. La heráldica pertenece a los Pisa y a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, cuyo fundador, a quien se dedica un museo en el interior, falleció en esta casa en 1550.

En el siglo XIX el edificio fue adquirido por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, considerándolo uno de los elementos más importantes de su patrimonio.

El Museo de San Juan de Dios tiene doce salas, tres galerías, un precioso patio y una capilla.

El museo posee gran cantidad de pinturas, piezas de orfebrería, muebles, porcelanas y toda la iconografía de San Juan de Dios, acoge más de 3000 piezas, entre las que se exhiben sus objetos personales. Este museo está considerado como una valiosa pieza de la historia y es el más importante en su género en toda Andalucía. El archivo del museo contiene importantes documentos sobre la gestión de los hospitales

Cabe destacar los marfiles (crucifijos y vírgenes), Niños Jesús de los siglos XV al XVIII, pinturas de la escuela hispano-flamenca del siglo XVI, orfebrería, porcelanas y ornamentos sagrados de gran calidad artística, que los hermanos de la Orden han ido recopilando con los años.
Casa de los Pisa
Patio empedrado con fuente e imagen de San Jan de Dios


     
  
En el lateral izquierdo de la Casa-museo de San Juan de Dios (Casa de los Pisa) está la Capilla del Tránsito de San Juan de Dios y al lado de la Casa de los Pisa se encuentra la Residencia de San Juan de Dios, a las espaldas se encuentra un relieve de San Juan de Dios rodeado de los más desfavorecidos.

Capilla del Tránsito de San Juan de Dio
Escultura de San Juan de Dios en la Residencia

Al inicio de la Carrera del Darro  se puede apreciar el arranque del embovedado del rio Darro ubicada junto a la Iglesia de Santa Ana. Esta parte del embovedado no corresponde con las obras realizadas a lo largo del siglo XVI, en Plaza Nueva, ubicada más abajo, sino a la remodelación de la inmediata plaza de Santa Ana, llevada a cabo tras los graves destrozos de la inundación de 1835. Data de 1860, que ya seguirá así pasando por plaza Nueva, calle Recogidas, Puerta Real y Acera del Darro hasta llegar al rio Genil, junto al Puente de piedra de la época zirí.

El cubrimiento del río Darro produjo un cambio radical en la imagen urbana de la ciudad, ocultando –en el menor de los casos–, o destruyendo los 13 puentes, musulmanes y cristianos, con los que contó el rio a su paso por la ciudad.

Embovedado del rio Darro de 1860
                 
Seguimos por la Carrera del Darro y en el nº 9 está el Hotel Palacio Mariana Pineda del Siglo XVII.

Fue la vivienda familiar de dicha heroína nacida el 1 de septiembre de 1804. Conserva un magnífico patio central en el que destaca un maravilloso pilar con escudo original de dicha época, se supone su parte inferior obra de Diego de Siloé (siglo XVI) y la superior del año 1644 construido por la familia nobiliaria de los Pisa. Desde el luminoso patio principal se accede a los distintos salones originales y a las cinco dependencias, la mayoría de ellas con espectaculares vistas a la Alhambra y al emblemático Río Darro. Con el citado Patio central se comunica la impresionante Bodega en ladrillo visto donde se conserva un antiquísimo pozo, que recogía las aguas del Río Darro.

En su fachada hay una placa que reza lo siguiente:

“En recuerdo de Doña Mariana de Pineda que murió en defensa de la libertad. El Excmo. Ayuntamiento de Granada le dedica este homenaje en su casa familiar, con motivo del bicentenario de su nacimiento, que tuvo lugar el 1 de septiembre de 1804. Granada 1 de septiembre de 2004″.

Fachada del Hotel Palacio Mariana Pineda
Portada con escudo
 

Patio con pilar y fuente central
pilar con escudo 

Al lado del Hotel Palacio de Mariana Pineda  está la Cuesta de Aceituneros,  y el nº 6 ese encuentra  el Hotel  Casa del Capitel Nazarí, del siglo XVI.

Está ubicado en un antiguo palacete renacentista construido en el 1503. Rodeados por dinteles y columnas toscanas, capiteles corintios, bigas arábigas de cromo, un techo de madera decorado en estilo renacentista y dos columnas romanas, pero sobre todo esto destaca un hermoso capitel Nazarí tallado en alabastro, considerado como una pieza arquitectónica única en el mundo y al que debe su nombre el hotel.

Sobre las columnas se apoyan vigas de madera originales del siglo XVI que sustentan las plantas primera y segunda.

La rehabilitación de este hotel se ha llevado a cabo cuidando con mimo los materiales originales para conservar el ambiente original del siglo XVI.

El hotel Casa del Capitel Nazarí ha sido el único de Granada galardonado con el “Premio al Prestigio turístico 2006” otorgado por el Ayuntamiento de Granada a petición de la Federación de Hostelería de Granada.


Patio con columnas toscanas y
capiteles corintios
Capitel nazarí tallado en alabastro


Enfrente está la calle Benalúa donde se encuentra la Casa de los Migueletes, también convertido en hotel, llamado Hotel Casa 1800.  Siglos XVI-XVII. Mudéjar. Manierismo. Barroco.

Edificio de finales del siglo XVI, con reformas posteriores, cuyo nombre hace referencia a su pasado uso como cuartel de milicia.

Una sencilla portada de sillar rústico almohadillado da paso a un largo zaguán, interrumpido por un pequeño patio, que permite acceder al patio principal, porticado en dos de sus lados. En éste destacan las zapatas de acanto sostenidas por columnas toscanas de piedra en la planta baja, y jónicas de madera en la galería superior.

La caja de escalera se cubre con bóveda barroca encamonada. Una sala del primer piso se cubre con armadura morisca. El conjunto destaca por la integración de elementos clasicistas y mudéjares.

Portada de sillar rústico almohadillado
Patio de columnas toscanas
      
Volviendo a la Carrera del Darro en el nº 13,  está el Hotel el Ladrón de Agua, es un palacete del siglo XVI. El nombre se debe a un poema de un andaluz universal, Juan Ramón Jiménez.

La belleza de una arquitectura clásica en armonía con el nuevo arte y diseño. Destacan el patio de columnas, la biblioteca o el aljibe-comedor.

La fachada de este edificio está entera policromada con trampantojos, tiene dos plantas y torreón en su lado izquierdo. Cada planta tiene tres balcones, siendo los de la primera planta más grandes y con piedra labrada a su alrededor y farolillos en los extremos.

En su interior aparece un patio con columnas de mármol blanco y decorado muy moderno en tonos blancos con una pequeña fuente en el centro de piedra negra, la galería superior es de madera marrón oscura.

  

Continuando está el Puente de Cabrera, que une la Carrera del Darro con el barrio de la Almanzora, entre el río y la cuesta de Gomérez, es uno de los pocos que quedan en pie de los numerosos pasos que jalonaban el Darro a su paso por la ciudad, hasta la construcción de los embovedados modernos, y que han coadyuvado a forjar la imagen romántica de su cauce urbano.

Consta de un sólo arco, ligeramente rebajado, con rosca de ladrillo y un alto pretil de mampostería y encintados de ladrillo, Como el cercano puente de Espinosa, pudo haberse construido al tiempo de la remodelación urbana de la Carrera del Darro, a principios del siglo XVII, tras el estallido de un polvorín junto a la iglesia de San Pedro, en 1590.

El Puente de Cabrera se encuentra frente a la Cuesta de Santa Inés, y tiene un pequeño pilar.

        

En este punto comienza el goteo incesante de comercios con recuerdos de Granada y de inmuebles que se mezclan con las casas antiguas, conventos, iglesias y demás monumentos que hacen un hermoso guiño a la historia.

Subiendo por la calle que hay enfrente del Puente de Cabrera, calle Lavadero de Santa Inés, nos encontramos a la derecha (paralela a la Carrera del Darro) la calle Cobertizo de Santa Inés, que pertenece a una casa árabe de los siglos XIV-XV. Nazarí.

La vivienda fue construida en el siglo XIV y hoy día es uno de los más bellos prototipos de la arquitectura doméstica nazarí. Dos zaguanes dan entrada a la vivienda que se distribuye entorno a un patio. En su origen la vivienda debió tener una sola planta. Pero en el siglo XV sufrió una radical transformación, añadiéndose una segunda planta.

En el patio se dispone una alberca rectangular y una fuente octogonal de época cristiana colocada bajo el vano central del pórtico.
La crujía meridional, sin pórtico, está formada por un cenador o sala estival, abierta al patio mediante cinco arcos entre pilares, rectangulares los centrales y cuadrados los extremos, este tipo de sala abierta por múltiples vanos, sin puertas, es única entre la arquitectura doméstica nazarí conservada.

Las reformas del siglo XV, debido a la densificación urbana de la zona o a un uso más intensivo de la casa, afectaron radicalmente a todo el conjunto de la vivienda.

Las reformas posteriores de la casa datan posiblemente, de los primeros años del siglo XVII, cuando se remodeló y abrió modernamente la Carrera Del Darro. También se hizo un aljibe en el extremo más oriental de la crujía externa norte. Pero las transformaciones más importantes se produjeron a principios del siglo XX las cuales produjeron la mutilación parcial de la casa. Con la última restauración realizada entre 1983 y 1987 se ha recuperado un importante ejemplo de arquitectura doméstica nazarí.

Esta vivienda ejemplo de la arquitectura doméstica no es visitable ya que se trata de una edificación de uso residencial cuyos moradores han sabido compaginar la conservación de la tipología propia de la casa árabe con las necesidades actuales de una vivienda residencial. Además posee el valor añadido de mantener el uso para la que fue concebida.

Aunque no se pueda acceder a su interior se recomienda pasear por la Carrera del Darro y adentrarse en la Cuesta de Santa Inés a la altura del primer puente (Puente Cabrera)  en el callejón del Cobertizo de Santa Inés y apreciar la primitiva fachada de la casa así como el famoso cobertizo que da nombre a la calle.

Cobertizo de Santa Inés, con farol granadino
Interior, patio con columnas
   




Enfrente del cobertizo está el Hotel Palacio de Santa Inés, del siglo XVI. En la Cuesta de Santa Inés nº 9. Llamado así por estar cerca del palacio de Santa Inés.


El hotel está formado por 2 edificios mudéjares y alberga un salón con un techo auténtico de estilo mudéjar construido en 1512. La decoración del patio es exquisita e incluye un pilar, azulejos ornamentados y frescos renacentistas originales.

Edificio múdejar del siglo XVI en su interior tiene un  patio con su pilar, columnas y alicatados. En este espacio se conservan también los frescos renacentistas de Alejandro Mayner y Giulio Romano, discípulos de Rafael.

El Palacio de Santa Inés, o la casa del Padre Eterno, es uno de los principales quinientas casas en el libro "La arquitectura mudéjar de Granada" del Prof. Ignacio Henares Cuéllar y Rafael López Guzmán, donde aparece la armadura de la sala principal y hace referencia a los elementos de interés arquitectónico del palacio, lo que demuestra el interés suscitado por el edificio entre los expertos e historiadores, como exponente de la arquitectura civil de la época.

Hotel Palacio de Santa Inés, al fondo se ve
el Palacio de Santa Inés
Patio con pilar y frescos renacentistas
    
Subiendo la cuesta está el  Palacio de Santa Inés una casa nobiliaria del siglo XVI, donde se encuentra la Fundación Albaicín, depende del  Ayuntamiento y desde su creación en 1998 ha velado por la protección, conservación y difusión del patrimonio histórico del barrio.

Es una interesante casa señorial con patio  porticado. La portada es adintelada, con pilastras en el primer cuerpo y balcón con motivos heráldicos cubierto por un alero saliente como solía suceder en casas de este tipo.

El balcón rematado por frontón partido y en su tímpano el escudo de la familia. La heráldica también se muestra en las alargadas pilastras que enmarcan el vano. Todo ello de un Barroco muy sobrio y primitivo que suele llamarse Protobarroco.

Tiene un patio granadino de estilo renacentista rodeado por cenadores y centrado en una fuentecita de tipo musulmán.  Con columnas de un Renacimiento primitivo.

Portada del palacio de Santa Inés
Patio con columnas de mármol blanco
   
Siguiendo la calle está la Casa Agreda, Siglo XVI. Manierismo. Mudéjar. Cuesta de Santa Inés, 5

Suntuosa casa solariega del noble Don Diego de Vera Agreda y Vargas, Caballero de la Orden de Santiago y y Veinticuatro de Granada, cargo al que renunció, en 1608, al ser nombrado Corregidor de las ciudades de Málaga y Vélez.
A finales del siglo XIX se fundó en la Casa de Agreda, el Convento-Colegio de la Presentación de Nuestra Señora, para enseñanza de niñas. Posteriormente la casa fue adquirida y restaurada  por el Ayuntamiento en 1940, instalando en ella el Orfelinato o Escuela Hogar de la Divina Infantita, regido por religiosas de esta congregación. Actualmente la casa se encuentra sin uso.
La fachada principal de este palacio destaca por su sensacional portada monumental manierista, sin duda una de las más majestuosas y bellas de Granada, y una de las mejor conservadas de dicha centuria. Sobre el dintel, un vistoso friso acoge cruces de Santiago pintadas en rojo vivo –haciendo alusión a la orden caballeresca–; el frontón partido acoge el gran escudo heráldico de la familia.

Tras la puerta se accede a un zaguán, en donde destaca la presencia de un altar conmemorativo que señala el banco de piedra donde, según la tradición, solía descansar San Juan de Dios. Unos versos se refieren al hecho:

Este poyo, muchas veces al Santo sirvió de cama que el que nace para humilde sobre las piedras descansa. Caridad, benevolencia, rectitud, justicia y gracia, dijo Juan de Dios que nunca faltaría en esta casa. En aqueste mismo sitio el Santo pintó una espada, dando a entender que defiende al que con celo lo llama. Aquí y por todo el orbe ¡Oh Juan! Tu virtud se ensalza. Oye propicio esta obra, pues tanto a los pobres amas”.
Las estancias interiores, acorde a la tipología casa-patio castellana, se organizan en torno a un gran patio-distribuidor porticado, con columnas corintias en dos de los lados. La elegante escalera monumental se cubre con una armadura ochavada.
Gómez Moreno describe la casa: "Su portada monumental es la obra más clásica y correcta que hay en Granada, de fines del siglo XVI. Tiene cuatro columnas dóricas y entablamento, sobre el cual se alzan otras tantas pirámides y en medio un balcón con mutilos, cornisa y frontón partido, en cuya mitad descuella el escudo de armas de don Diego de Agreda, caballero del hábito de Santiago y regidor de la ciudad. Está enterrado este señor en el inmediato convento de Sta. Inés"

Balcón superior
con los escudos heráldicos
Portada manierista 
con las cruces de Santiago
   
Al final de la calle hay un pilar llamado Pilar de Agreda ejemplar sencillo de pequeño tamaño y realizado totalmente en piedra de Sierra Elvira, plantea una pila de perfil ondulado y borde a bocel. Ocupan el frontis dos rostros de mancebos con cabello ondulado, grandes ojos y boca abierta con caños.

Pilar de Agreda
Pilar de Agreda al lado del Convento de Santa Inés
  
También hay una puerta del Convento de Santa Inés, data del siglo XVI y donde los señores de Agreda, que  fueron sus protectores,  están enterrados en él. Sobre sus cubiertas se eleva una balconada con celosías de madera, conocido como “miradero”, propio de los conventos de clausura y recuerdo de las ventanas de las casa hispanoárabes.

Sobre sus cubiertas se eleva una balconada con celosías de madera, conocido como “miradero”, propio de los conventos de clausura y recuerdo de las ventanas de las casa hispanoárabes.

El Convento de Santa Inés contiene dos fantásticos patios del siglo XVI, más un tercero, adicional, construido ya en el XIX tardío (1885). El primer patio presenta planta baja peristilada con columnata de mármol, y por encima, una galería mudéjar adintelada, abierta en tres de sus lados mientras el cuarto –el lado Norte– ostenta una arquería con columnas. El segundo patio, de gusto renacentista castellano, consta de peristilo en tres de sus lados, y dos niveles más de alzado con galerías de madera muy sencillas. Adosada a este patio hay una capilla. En este convento también se conserva un monumento funerario, de cierto valor escultórico, en honor del noble Señor de Agreda. El Convento de Santa Inés fue fundado por iniciativa del licenciado Bazón, y más tarde el Arzobispo Guerrero tramitó su adscripción a la Regla de Santa Clara.

Hoy lo ocupan los Hermanos Obreros de María que son una Comunidad Religiosa que dedica su actividad a la atención y apoyo a la infancia, la adolescencia y su familia que se encuentra en situación de dificultad, ofreciendo el apoyo profesional y espiritual necesario ante cualquier situación de necesidad, se encargan de la Ciudad de los Niños sita en la Carretera de Málaga.

Portada del Convento de Santa Inés
Balconada con celosías de madera





Se llega a la calle San Juan de los Reyes  y vemos la Iglesia de San Juan de los Reyes (1.520) En la calle San Juan de los Reyes es la primera en ser bendecida tras la Reconquista de Granada, en 1492 sobre la Mezquita de los Conversos. Conserva del siglo XIII un alminar almohade.

Es la primera parroquia erigida por los Reyes Católicos tras la conquista de Granada el 2 de enero de 1492, este templo fue construido en las primeras décadas del siglo XVI al estilo gótico. Erigida en 1520 según un plan gótico-mudéjar, apreciable en sus armaduras y arcos apuntados, ha experimentado muchas transformaciones a lo largo de su historia que han provocado un casi completo expolio de su riqueza artística. No obstante, posee un enorme valor cultural por haber sido el primer espacio consagrado como iglesia por los Reyes Católicos, en la que hasta 1492 había sido mezquita de los conversos cristianos, y por conservar restos notables del alminar almohade de la misma, con decoración y estructura semejantes a la Giralda, lo que constituye un hecho excepcional en la ciudad.

El interior del templo, tiene tres naves con cubiertas de madera y se encuentra valiosas obras como la tabla flamenca que la reina Isabel la Católica donó a la ciudad de Granada, tras la conquista y que fue el origen a la devoción de la Virgen de las Angustias, patrona del a archidiócesis.

La iglesia tiene una cierta significación artística por conservar una de las joyas arquitectónicas del arte musulmán alzado en esta ciudad: se trata de su torre, ahora campanario, consistente en el original alminar de la mezquita existente en el mismo solar en el que hoy queda el templo cristiano.

Alminar construido a principios del siglo XIII, durante el periodo de la invasión almohade en la Península Ibérica. Es el único resto conservado de la mezquita de los Conversos (Masyid al-Taibin), demolida en 1520, época en torno a la cual se añadiría el campanario superior para el culto católico. Es de planta cuadrada, con rampas de subida abovedadas en torno a un machón central, como la Giralda. Al exterior presenta en cada uno de sus cuatro frentes un cuerpo inferior de tapial de argamasa, recuadro central con arcos mixtilíneos y decoración romboidal de paños de sebka, y friso superior de lazo, todo ello en ladrillo, profusamente decorado por sus cuatro caras sin repetirse los motivos. Por su decoración y estructura es evidente el influjo del arte almohade sevillano.

El Alminar del siglo XIII, disimulado entre la iglesia y construcciones anejas, convertido en campanario. La planta del alminar es cuadrada y el acceso se realiza mediante rampa que sube dando vueltas a un machón central también cuadrado.

Portada de la Iglesia San Juan de los Reyes
Alminar-campanario del siglo XIII
          

Bajamos por la calle placeta de la Concepción donde se encuentra el Centro Albaicín, ubicado en parte del Convento de Santa Inés (tiene tres niveles diferentes, en torno a un patio con arcadas y galerías interiores). El centro nació para formar a jóvenes dentro de la artesanía, la restauración y la rehabilitación del patrimonio, depende de la Junta de Andalucía.

La Escuela de Artesanía constituye una de las actuaciones más singulares recogidas en el Proyecto Piloto Urbano de revitalización del centro histórico del Albaicín, cofinanciado por la Unión Europea y gestionado por la Fundación Patrimonio del Albaicín.

Las obras ahora finalizadas son un paso más del convenio firmado en mayo de 1999 entre la Fundación Patrimonio del Albaicín, el Instituto Municipal de Formación y Empleo y la Fundación Hermanos Obreros de María, propietaria del edificio, para reutilizar el patio Este del Convento como complejo dedicado a la formación de artesanos, lo que conlleva la dotación de una serie de instalaciones y la adecuación del edificio a las normativas que le son de aplicación debido a los usos que se le confieren.

El Centro se configura alrededor de un patio rectangular central, sigue la tipología edilicia tradicional granadina de casa-patio (entrada en zaguán, patio con columnas y salas distribuidas alrededor del mismo). No hay que olvidar que la puerta actual, abierta en la fachada de la placeta de la Concepción, no es la original.

El patio es peristilo de cinco columnas de largo por cuatro de ancho con capiteles mudéjares. La galería está cubierta por alfarjes simples algunos con labor de menado. La nave Norte es la mejor conservada con alfarjes dobles en sus tres alturas, siendo el de planta primera el de más rica decoración, alternando en su tablazón chellas y alfardones de extremos lobulados.

Existen cuatro columnas nazaríes en los ángulos de la galería superior, que se conforma en la actualidad con pies derechos de madera y zapatas que repiten las encontradas en dos de sus laterales. La fachada del ala norte se formaliza con arcos de medio punto sobre columnas mudéjares y pies derechos, zapatas y alfarje con labor de menado en su planta segunda, quedando aún un torreón en su esquina.

Patio con pilar elaborado
 por los alumnos de la escuela
Patio del Centro Albaicin
Enfrente está el Monasterio de la Concepción, se erige sobre un  conjunto arquitectónico,  que integra armónicamente importantes palacios, casas, fuentes, huertas y jardines moriscos preexistentes del periodo musulmán, junto a edificios propios de las construcciones conventuales cristianas, como la original portada gótica de la clausura o la barroca de la monumental Iglesia.

Un singularísimo patio de tradición morisca con fuente octogonal hace las veces de claustro en torno al cual se articulan las principales dependencias conventuales. Por todo esto es considerado como uno de los vestigios culturales más enriquecedores del Albaicín.

No menos importante que su arquitectura es el importantísimo patrimonio artístico histórico y cultura que, a lo largo de estos cinco siglos, ha atesorado esta clausuran de religiosas franciscanas.

También tiene una balconada de madera en su torre.

Entramos en el  patio exterior pues el resto está cerrado  y tiene  unas vistas espectaculares de la Alhambra, en él hay un pilar.

Recinto del Monasterio
con las dos portadas y el pila
  
Portada  barroca de la iglesia
             Portada gótica de la clausura 
Pilar dedicado al compositor
Valentín Ruíz Aznar
        




Al lado del Centro Albaicín está la calle Carnero, que es bastante estrecha y queda justo enfrente de la Casa Agreda.

La casa correspondiente al número 4 de esta misma calle es un bonito edificio de dos plantas del siglo XVII, con portada manierista de piedra y balcón metálico cubierto con frontón partido y alero de madera típico. El inmueble fue reacondicionado para acoger unas oficinas municipales. La Calle del Carnero, a continuación, debe su nombre a la leyenda de un carnero mágico con los cuernos de oro, que condujo a una pareja de amantes adúlteros hasta el escondrijo de otro tesoro, que el marido de la mujer había ocultado de su infiel esposa como castigo.

 



Volviendo a la Carrera del Darro en el nº 23 nos encontramos con otra casa del siglo XVI hoy convertida en el Hotel el Zaguán del Darro.

En principio habitada por un importante hombre de la Corte (1563), el edificio fue cedido a una Comunidad de Religiosas a finales del citado siglo y habilitado para ello en los primeros años del siglo XVII.

El Hotel conserva de una forma excepcional los escudos en piedra tallada de la comunidad religiosa, el patio central con columnas de piedra de Sierra Elvira y mármol de Macael, junto a antiguas y labradas maderas de estilo romano y un pilar de estilo renacentista se conserva en el edificio tras la reconstrucción que sufrió debido a  la explosión del polvorín de San Pedro que obligaron a la remodelación de toda la Carrera de Darro a partir de la segunda mitad del siglo XVI.

El patio está catalogado por la UNESCO.


     
                 Portada del Hotel                                                        Patio interior con pilar renacentista

A su lado en el nº 25 está el Hotel Shine Albaycín, es un palacete del siglo XVI con fachada policromada, aquí también se utilizan los trampantojos.

En el interior tiene una galería de madera oscura y tres plantas, en el patio hay columnas de mármol por todo el perímetro con cabezales de madera labrada y en el centro del patio, una fuente moderna.  

    


Enfrente está Puente Espinosa que comunica el barrio del Albaicín con el barrio de la Churra situado en ladera de la colina de la Sabika a los mismos pies de la Torre de la Vela de la Alhambra.


Se cree que este puente es de época cristiana tardía (siglo XVII) aproximadamente, aunque se tiene constancia de que el barrio de la Churra ya existía en el periodo islámico concretamente se funda en la época nazarí (Rabad al-Yurra)

Si se visita el Albaicín conviene detenerse en este puente y cruzarlo hacia el barrio de la Churra para observar la magnífica visual que se aprecia de la línea de fachadas de casas señoriales de la margen derecha del río. Al mismo tiempo resulta de sumo interés adentrarse en el pequeño barrio de la Churra y subir hasta su cota más alta donde el espectador podrá apreciar una vista imponente y poco frecuente del barrio del Albaicín.

                                     

Casa de los Condes de Arco del siglo XVI, en la actualidad acoge el Centro de Documentación Musical de Andalucía que es un organismo creado en 1987 por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía con el fin de recuperar, custodiar, catalogar, clasificar y difundir el patrimonio musical creado o relacionado con Andalucía en todas sus formas.

La Casa de los Condes de Arco, no se sabe la fecha exacta de su construcción, pero por sus características parece ser una obra de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII.

La fachada se estructura en un cuerpo bajo, dos superiores y torreón en el lateral derecho. En el cuerpo bajo se abren, además de la portada adintelada enmarcada por pilastras y desplazada del centro de la fachada, cuatro ventanas enmarcadas por amplias molduras. El primer piso tiene balcones rematados por frontones triangulares, cuyos tímpanos albergan elementos decorativos de cerámica vidriada, excepto el correspondiente a la portada cuyo frontón aparece partido para acoger al escudo de la familia Carvajal. Los vanos que se abren en el último cuerpo alternan balcones y ventanas, enmarcadas por molduras y separadas por otras en paneles con incrustaciones en cerámica vidriada. Se remata la fachada con gran alero de canecillo.

La casa ha sido durante mucho tiempo casa de vecinos y se abordó su restauración por la Junta de Andalucía en 1985, permaneciendo su auténtica fachada oculta tras varias capas de pintura plástica hasta 1997, fecha en la que recupera su verdadero aspecto, ladrillo veneciano pintado a mano, lo que la sitúa, como la única fachada granadina con estilo renacentista tardío.

En el interior tiene un pilar en el zaguán de la entrada y al subir las escaleras nos encontramos con un patio con otro pilar mucho más recargado, una fuente en el centro y el suelo empedrado haciendo dibujos de granadas a cada lado, las columnas son blancas en todo el perímetro del patio.  Subimos a  otra planta y en esta  galería, de madera oscura, hay un bargueño.

Casa de los Condes de Arco
Pilar con escudo heráldico


Al lado está El Bañuelo, o baño árabe, de época zirí, siglo XI.

En la Granada musulmana, este edificio era el ḥammān del barrio de los Axares, conocido como baño del Nogal. En otras épocas fue también conocido como Baño de Palacios y Baño de la Puerta de Guadix.

Está situado junto al río Darro, frente al Puente del Cadí. Se accede a él a través de un pequeño patio con alberca. El edificio responde al prototipo de baño musulmán de uso público. La sala principal dispone de arquería en tres de sus lados, con arcos de herradura. Las columnas sobre las que descargan los arcos, tienen capiteles romanos, visigodos y califales, reutilizados de edificios más antiguos, derruidos, cuenta, además, con otras dos salas cubiertas, detrás de la principal, siguiendo el esquema típico de aguas de las termas romanas (fría-templada-caliente). El suelo de la sala caliente tiene el típico hipocausto inferior para la circulación del tiro del horno que calentaba el suelo y las paredes. Se conserva en un relativo buen estado gracias a su sólida construcción de dura argamasa de cal.

Al fondo del edificio existe una sala, hoy sin cubierta, que contuvo, en su momento, las calderas. Todas las salas tienen lumbreras octogonales o en forma de estrella para facilitar la iluminación y ventilación.

   
     Entrada de El Bañuelo                             Una de las salas de El Bañuelo y las lumbreras estrelladas

Convento de Santa Catalina de Zafra de religiosas dominicas fundado en 1520 por la viuda de quien fuera Secretario de los Reyes Católicos, Hernando de Zafra, integrando para su construcción varias casas moriscas que fueron donadas a éste por los Reyes Católicos.

Articulado en torno a varios patios, el principal de ellos, del siglo XVI, es el más destacado por la fusión de elementos decorativos hispanomusulmanes y cristianos.

Desde el exterior la vista del convento resulta muy agradable por el dinamismo que imprimen los pequeños huecos de las ventanas sobre el paramento blanco; la torre resulta sumamente ligera, casi perforada por los arcos de medio punto y engalanada con un bello ajimez de celosía en uno de los laterales.

Su iglesia, de estilo mudéjar y muy reformada tras el incendio que sufrió en 1678, acoge una interesante decoración barroca, conserva importantes obras de arte de Risueño, Mora, Bocanegra y Alonso y Pedro de Mena, así como una fuente árabe convertida en pila bautismal.

La portada es renacentista y recuerda bastante el estilo de Diego de Siloé; está coronada con una imagen de Santa Catalina de Siena y los escudos de Hernando de Zafra y Leonor de Torres, los fundadores, a ambos lados.

Convento de Santa Catalina de Zafra
Portada renacentista del siglo XVI
    
Al lado está la calle Zafra donde se encuentra la Casa de Hernando de Zafra.

Hernando de Zafra era el secretario de los Reyes Católicos, tras recibir en donación tras la reconquista unas casas musulmanas, las destinó a convento de Santa Catalina de Zafra, mientras que para residencia propia construyó esta casa señorial a pocos metros de distancia de las mismas. Consta el edificio de un torreón de esquina rematado por mirador con arcos carpaneles cubierto por armadura mudéjar. Al pie del mismo se abre la portada, mezcla de Gótico y Plateresco, pues conjuga un arco conopial y verticales columnillas de factura goticista con la decoración plateresca del renacimiento español. En su interior conserva un interesante patio con cenadores cuyos soportes consisten en columnas de mármol con capiteles cúbicos.

La portada con arco conopial, enmarcada por columnillas que recuerdan a los baquetones góticos por lo estilizado de su traza. Los elementos decorativos corresponden al estilo Plateresco, el Renacimiento español, por ejemplo los capiteles, los motivos vegetales, los salvajes tenantes del escudo.

Casa con torreón
La portada con arco conopial y
escudos a ambos lados
                                 
De nuevo en la Carrera del Darro está el Puente del Cadí o antigua Puerta de los Tableros, los restos del tradicionalmente llamado puente del Cadí pertenecen en realidad a la antigua Puerta de los Tableros, límite oriental de la ciudad durante la taifa zirí, que cerraba mediante compuertas el río Darro y que debido al crecimiento y posterior cercado del arrabal de los Axares, aguas arriba, quedaría intramuros a partir del siglo XIII.

Esta puerta era, asimismo, el punto final de la coracha de aprovisionamiento de agua de la Alcazaba Qadima  del Albaicín. Se conservan en pie el arranque del arco del estribo meridional de la puerta, así como un hueco tapiado y una torre poligonal de refuerzo que, al parecer, formaban parte de otra coracha que enlazaba con la Alcazaba de la Alhambra.

             

Seguimos y nos encontramos con La Casa de Castril, recibe su nombre del título de Señorío de Castril, que recibió el secretario de los Reyes Católicos, Hernando de Zafra. Esta casa palaciega la mandó construir un nieto de éste en 1539. Hoy Museo Arqueológico.

La Casa de Castril es uno de los mejores ejemplos de palacios renacentistas de Granada y perteneció a la familia de Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos que participó activamente en la reconquista de la ciudad a los musulmanes y en sus Capitulaciones. En lo alto de la fachada está grabada la fecha de su construcción: 1539. Esta obra ha sido atribuida a Sebastián de Alcántara, uno de los más destacados discípulos de Diego de Siloé. En 1917 se adquirió la Casa del Castril a los herederos del insigne arabista Leopoldo Eguílaz y Yanguas para ubicar definitivamente el citado Museo.

La Casa de Castril, toma el nombre del Señorío de Castril concedido por los Reyes Católicos a su Secretario, Hernando de Zafra. Fue construida en 1539 por su nieto, tras pedir autorización al emperador Carlos V para fundar un mayorazgo con la villa de Castril y otras posesiones, de acuerdo con el testamento de su abuelo.

La Casa de Castril se desarrolla en torno a un patio cuadrangular y un jardín en la parte posterior con dependencias para la servidumbre. La estructura de la Casa de Castril responde a las características de las casas cristianas de esa época, s. XVI.

Lo más sobresaliente del edificio es su portada que, desplazada del centro de la fachada, presenta tres niveles. En la clave del dintel de la puerta está representada la Torre de Comares, blasón que los Reyes Católicos concedieron a su secretario por su intervención en las Capitulaciones de Granada y por haber ido secretamente a dicha torre para que la firmara Boabdil. Corona la portada un friso con monstruos y figuras humanas, y una cartela donde se lee la fecha de 1539.

Además, sobre el edificio recae una vieja leyenda, de cuando era habitado en época árabe, la cual se refiere a una misteriosa dama de blanco que se aparece de vez en cuando, fruto de un desencuentro entre el padre de una bella muchacha que habitaba el edificio y su supuesto amante, que desencadenaron la furia del padre y posteriormente su ahorcamiento y emparedamiento en el balcón lateral del edificio. Sobre este Balcón ciego se puede leer una consigna que dice: "Esperando la del cielo", lo que podría referirse a "esperando la justicia del cielo", que probablemente tuviese relación con las palabras que el supuesto amante pronunció antes de ser ahorcado.

A la derecha de la portada, arriba y haciendo esquina, se encuentra un balcón, partido en dos por una columna, y en él se lee "esperándola del cielo", cuyo significado según las leyendas que hay sobre la misma, es que dicho lema pregona la esperanza en la vida eterna de quien viva temporalmente en esta casa.   

Fachada Casa de Castril
Detalle del Balcón ciego
       
En 1892 era propiedad del catedrático Leopoldo de Eguilaz, de quien en 1923 la adquirió el Estado para ubicar en ella el Museo Arqueológico de Granada, el Museo de Bellas Artes (hasta su traslado al Palacio de Carlos V) y la Academia de Bellas Artes Nuestra Señora de las Angustias (hoy en la Madraza).

La Casa de Castril es un palacio renacentista; en ella se encuentra actualmente el Museo Arqueológico de Granada.
       
El Museo Arqueológico de Granada tiene dos plantas y un bonito patio. Hay siete salas que presentan varios periodos arqueológicos.

El periodo paleolítico, donde podemos comprender la economía y la vida cotidiana de los hombres de este periodo. Los materiales de la sala intentan explicar la evolución del hombre, su modo de vida, y el uso de herramientas de piedra.

La segunda sala presenta el paso a una economía de producción de alimentos. En la sala tercera - la edad de bronce de los años 1900-1200 a.c. La cuarta sala presenta la época de las colonizaciones y el mundo ibérico, y contiene los objetos exóticos y lujosos con que se enterraba la aristocracia fenicia.

Otras salas del Museo Arqueológico de Granada representan la cultura romana y árabe: lámparas de bronce, armas, jarrones, urnas cinerarias, pequeños bronces de uso cotidiano, sarcófagos y cerámicas.

Su colección de la Prehistoria abarca desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad de Bronce, Granada y sus pueblos, especialmente Orce, Baza, Galera, Piñar, Cúllar Baza, han dejado un legado prehistórico de los más relevantes de Europa. El Museo cuenta además con importantes colecciones de Arte Romano, Visigodo, Árabe y Egipcio.

                 

En la acera opuesta al museo encontramos la Iglesia de San Pablo y San Pedro, es de estilos mudéjar y renacentista, del siglo XVI, Se encuentra en la vía "Carrera del Darro", frente a la Casa de Castril, junto al río Darro y a los pies de La Alhambra. Fue construida sobre una iglesia derrumbada en 1559, edificada a su vez sobre la Mezquita de los Baños.

La portada renacentista es un magnífico ejemplar del renacimiento andaluz de fines del siglo XVI. En ella se abre una hornacina con las imágenes labradas en piedra de San Pedro y San Pablo, con arco de medio punto entre pares de columnas corintias. La fachada lateral, es coronado por una estatua de la Inmaculada Concepción. La torre, algo maciza pero aligerada por el retranqueo del cuerpo de campanas, el saliente del alero y, sobre todo, por el excepcional encaje en el paisaje dialoga con la entrada principal, desde donde se puede contemplar una bella perspectiva del llamado Tajo de la Alhambra y de las torres de la Alcazaba.En el interior los artesonados mudéjares cubren la nave central, el crucero y de la capilla mayor.  Cabe destacar la presencia del órgano barroco, ubicado sobre el coro situado sobre la entrada del templo.

Levantada en fecha más tardía (segunda mitad del siglo XVI) que el resto de iglesias mudéjares del Albaicín, nos ofrece, por esta razón, el más acabado ejemplo de fusión entre la tradición constructiva mudéjar, apreciable en las armaduras que cubren su única y amplia nave central, así como el crucero y la mayoría de las capillas, y los nuevos postulados renacentistas, especialmente visibles en sus dos portadas exteriores, todo ello magnificado por su privilegiado emplazamiento a los pies de la Alhambra.

En la fachada principal está la torre y la portada principal formada por un arco semicircular, flanqueado por dos pares de columnas corintias, sobre el que se desarrolla un entablamento con friso y frontón curvo, además de un segundo cuerpo con una hornacina triangular para las imágenes de los santos titulares. La fachada está precedida por una pequeña plaza irregular, cerrada por una reja y en cuyo centro se sitúa una cruz de piedra sobre un pedestal. Este espacio también se incluye en la delimitación del monumento.

La fachada lateral de 1567 consta de un arco de medio punto flanqueado por columnas corintias y una hornacina de arco semicircular con la imagen en piedra de la Inmaculada Concepción. En esta pared hay un mosaico de la Virgen del Rocío.

               
 Iglesia de San Pedro y San Pablo          Portada principal renacentista               Portada lateral de 1567

Enfrente de la portada lateral de la iglesia está la calle Gloria y por ella se llega a una pequeña plaza donde hay una escultura,en bronce, erigida en memoria del pintor inglés George Owen Wynne Apperley (Ventnor, Isla de Wight, Inglaterra, 1884 – Tánger, 1960), que residió en el Albaicín y cuyos rincones retrató con especial interés y dedicación. En él se colocó una copia en bronce de la pequeña estatua del pintor modelada por Benlliure en 1944 y que fue donada por la familia Apperley.

Detrás de la escultura hay un pilón.

  
         Monumento al pintor Apperley, 2007 
             



Volviendo a la Carrera del Darro, enfrente de la fachada lateral de la iglesia está  el Convento de San Bernardo de estilo neoclásico. Aunque se construyó en el siglo XIX, su fundación se remonta al siglo XVII, momento de máximo apogeo de construcción de conventos en la ciudad. La austeridad de la Orden del Cister se unen a los planteamientos nacionalistas del neoclasicismo, que se aplican sobre la tipología conventual del barroco granadino: claustro central cuadrado, iglesia de nave única con coros alto y bajo, y capilla mayor con cúpula semiesférica.

Del año 1682, tal como reza un mosaico que corona la puerta. Son de la orden Cisterciense y en 1695 se trasladaron definitivamente a la casa propiedad de Dña. María de la Torre Esparza, en la carrera del Darro adaptando el edificio a las exigencias de un monasterio funcional y adosándole un templo espacioso. Aquí permanece desde entonces la comunidad, si bien la portería del Monasterio está en la Calle Gloria Nº 2, perpendicular a la fachada principal.

                     

En el nº 51 se encuentra la Casa del Monte de Piedad de Santa Rita de Casia con una magnífica y vieja portada lateral del siglo XVIII, de una de las antiguas capillas del edificio, donde tuvo sus primeras dependencias el primitivo Monte de Piedad de Santa Rita de Casia, fundado en Granada en 1740, a semejanza del impulsado en Madrid por el Padre Piquer.  

Aquel Monte de Piedad nació fruto de las exigencias de su tiempo. Cortes Peña y Bernard Vicent, aludiendo a la época, subrayan que la ciudad, “como el resto de las andaluzas, presentaba una total ausencia de entidades bancarias o crediticias, que apoyasen las necesarias inversiones para un desarrollo de la economía armónico y con perspectivas de futuro”.

En tal momento, el agustino calzado Isidro Antonio Sánchez Jiménez, fervoroso devoto de Santa Rita de Casia, a cuyo culto había ya creado una congregación, puso en marcha un Monte de Piedad, que obviamente colocó bajo la advocación de la santa, abogada de los imposibles, no sólo con el propósito de propagar su devoción, entre otras motivaciones religiosas, sino también para “aliviar a los pobres en sus necesidades proporcionándoles un mecanismo de empeño de sus objetos que les librase de las garras de los usureros”, finalidad ésta muy acorde con el estado de extrema necesidad a que había llegado buena parte de la población .

La marcha del recién fundado organismo de crédito fue tan próspera, que 25 años después de su fundación ya veía pequeñas sus primeras instalaciones y, para mejorarlas y adecuarlas, acometía las obras de adaptación del edificio adquirido en la carrera del Darro en 1765. Dos años más tarde el flamante Monte de Piedad de Santa Rita de Casia, de Granada, estrenaba casa propia y en ella permanecería hasta que en 1866 desapareció, con escándalo y acusaciones de estafa incluidos, dando paso a la primera Caja de Ahorros.

Gallego Burín en su Guía, define este edificio como “flanqueado por dos torres, teniendo bajo estas, en la planta inferior, portadas de piedra de Sierra Elvira, una de las cuales daba acceso a un oratorio –ya desaparecido- dedicado a Santa Rita”

El edificio de estilo barroco de dos plantas, del siglo XVIII (con reformas añadidas en el siglo XX). En él destacan dos grandes torres laterales con nobles portadas de piedra gris de Sierra Elvira, y hornacinas con estatuillas hagiográficas. Una de sus puertas corresponde a una antigua capilla de Santa Rita da Casia. El inmueble está coronado, en su parte central superior, por un gran escudo heráldico.

             

 Enfrente está la Casa de las Chirimías (1609) A lo largo del siglo XVI, la zona de la ribera del Darro situada a los pies de la colina de la Alhambra se convierte en uno de los principales sitios de recreo de la nueva ciudad castellana. Sin embargo, la definitiva consolidación de la función urbana de este espacio no se produce hasta los inicios de la Granada barroca, cuando, en 1609, y con cargo a las rentas y propios de la ciudad, se lleva a cabo obras de urbanización en los terrenos cedidos por los señores de Castril, transformándose el lugar en un paseo, cuya amplia explanada se destina a la celebración de fiestas populares. 
Dentro del proyecto de ordenación de este espacio de la ciudad barroca, se inserta la construcción de la Casa de las Chirimías, arquitectura edilicia consistente en una torre-mirador hecha con fábrica de ladrillo, planta cuadrada y originariamente exenta en sus cuatro frentes. Con posterioridad, se le adosó una edificación medianera por el frente inferior que miraba hacia la Carrera del Darro.

La Casa de las Chirimías se construyó con el fin de albergar los días de fiesta al Cabildo de la Ciudad, que presidía y contemplaba desde sus ventanas y balcones los diversos festejos y celebraciones organizados en el paseo. Con tal objeto, su alzado de tres pisos se abre al exterior mediante dos vanos en cada uno de sus frentes: ventanas de arco rebajado en el piso bajo, donde se instalaban los aguaciles y ministriles; balcones adintelados en el primero, para uso del corregidor, alcaldes y caballeros veinticuatro; y balcones de arco de medio punto en el segundo, ocupado por los músicos que amenizaban con trompetas y chirimías los juegos de cañas y toros. De este instrumento musical procede el nombre del edificio.

En el frente del piso superior que mira al paseo se colocó entre las enjutas de los arcos, y como construcción promovida por el Cabildo, el escudo de la ciudad, flanqueado en las esquinas por relieves de granadas. En el resto de frentes aparece decoración de cerámicas circulares. Por su parte, el sencillo interior se articula en torno a la caja de escalera.

La fachada más visible es la que mira hacia el Paseo de los Tristes, si bien la principal, y donde se sitúa la puerta de entrada, es la de Carrera del Darro. La tercera fachada exenta es la situada en el lado norte, de cara al río Darro y a la Alhambra. La fachada más occidental es la que actualmente cumple funciones de medianera.

La fachada principal se resuelve mediante huecos regulares simétricamente dispuestos. En planta baja se encuentran la puerta de entrada y una ventana con formas de arcos de medio punto. La primera planta presenta dos balcones adintelados, simétricos, con barandilla metálica. La segunda planta, en los cuatro frentes de fachada, cumplía funciones de mirador por lo que los balcones actuales son el resultado del cegamiento de las primitivas arquerías de medio punto. Las enjutas de esta segunda altura en la fachada de Carrera del Darro se decoran con volutas semicirculares cromadas en tonos verdes y recercados por molduras.

La cubierta, que apoya sobre entablamento, es de madera a cuatro aguas, con teja árabe; las aristas se decoran con teja esmaltada que alterna el blanco y el verde.

Ahora, ha sido restaurado y es la sede de la Asociación Histórica y Cultural de Granada.

En el siglo XVIII, la Casa de las Chirimías ya había perdido su primitiva función edilicia.

Casa de los Chirimías con la Alhambra al fondo
Casa de los Chirimías
Junto a esta se encuentra el Puente de las Chirimías, cruzando el puente nos  encontramos con una verja donde se puede leer que ahí están el Carmen de Santa Engracia y los jardines del Carmen del Granadillo, ambas cosas en total abandono.

Puente de las Chirimías o del Monte de Piedad.  Pequeño puente de un arco de medio punto enclavado en el Paseo de los Tristes, y junto a la Casa de las Chirimías, de la que toma el nombre.

Es obra moderna de ladrillo y mampuesto, realizada en 1882 sobre el antiguo puente árabe. Junto al puente, en cuyas inmediaciones se ubicó la desaparecida puerta de Guadix, se conservan restos de la muralla islámica del barrio de los Axares. Su ubicación junto al Paseo de los Tristes, con vistas excelentes hacia la Alhambra, contribuye a perpetuar la imagen romántica que el transcurso del Darro por la ciudad ha otorgado a Granada.



Del Carmen de Santa Engracia conocido como “Hotel Reúma” construido en 1915, primero fue un hospital y más tarde un hotel pero estuvo abierto un par de años, su propietario lo tuvo que cerrar por no tener en cuenta que la cercanía del río sería dañina para los huesos de sus alojados.

    

En el Carmen del Granadillo  nació el pintor granadino Marino Antequera en el año 1897.



Aquí se llega al final de la Carrera del Darro y el inicio del paseo del Padre Manjón. Ahora los monumentos se levantan en el margen derecho y es la Alhambra. La que se llamara en un día Carrera de la Puerta de Guadix es probablemente la calle más bella del mundo.

Paseo del Padre Manjón, como reza un mosaico en la pared y por  lo que hay un busto del mismo,  pero la gente lo conoce como Paseo de los Tristes, llamado así por ser este el trayecto de los sepelios hasta el cementerio. Además de este significativo nombre, el paseo de los Tristes ha recibido también otros desde la antigüedad, como los de Paseo de la Puerta de Guadix Baja y Paseo del Hospital de África.

Cuando en 1801 se creó el Cementerio Municipal de Granada en la colina de la Sabica, siendo el segundo más antiguo de España, en el Paseo de los Tristes terminaban antiguamente los entierros en Granada y se despedía el cortejo en este lugar, en el que era un signo de distinción social saber cuántos "veleros" iban, que eran hombres que se situaban en la cercana iglesia de Santa Ana, en Plaza Nueva, a la espera de ser contratados para portar una vela encendida en la comitiva fúnebre que iría por la Carrera del Darro en silencio. Por la Cuesta del Rey Chico, también llamada Cuesta de los Chinos, los hombres subían al muerto a lomos de una mula hasta el Cementerio Municipal, rodeando las murallas y torres de la Alhambra, y es por ello que a esta cuesta también se la conoce en Granada como la Cuesta de los Muertos.

Durante los siglos XVI y XVIII, fue lugar de importantes festejos ciudadanos, espíritu que ha conservado hasta nuestros días, habiendo sido escenario durante muchísimos años de los festivales celebrados durante las fiestas del Corpus Christi.

Precisamente fue la bonanza de su clima y la maravilla de su entorno, el que lo hizo preferido por la ciudadanía para la celebración de numerosas tardes de toros y cañas, para lo que daba en cubrirse el río con un complicado andamiaje, desde donde el público observaba los espectáculos, siendo esto también motivo para que se reordenaran urbanísticamente la plaza, en 1609, sobre terrenos cedidos por los Señores de Castril. Fruto de esta remodelación urbana fue el ensanche del paseo de los Tristes realizado por el consistorio eliminando el terraplén que descendía hasta el río, la colocación del pretil y la construcción de la bella fuente que preside desde su centro el paseo.

En este paseo también hay una fuente que no es la original. La plaza y la fuente original se construyeron en 1609.

El Padre Manjón fundó, en 1889, la primera Escuela del Ave María en un carmen de Granada. En ella impartió la enseñanza gratuita a los hijos de pobres familias gitanas con el fin de regenerarlos e integrarlos en la sociedad.

         
Fuente del Paseo de los Tristes
Busto del Padre Manjón












 






    


Desde este paseo hacia el Albaicín van varias calles y en ellas se encuentran algunas casas moriscas como la de la calle Horno del Oro y la de la Cuesta de la Victoria.


Morisco es el nombre que se les da a los musulmanes que permanecieron en Granada, después de la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos. Los artesanos "moriscos" construyeron unas casas utilizando ornamentos y materiales ya tradicionales en su arquitectura (yeserías, arcos, artesonados) y otros elementos, góticos y renacentistas, que empezaban a llegar de otras partes de Europa.

Se le llaman Casas moriscas a las casas construidas o reformadas por los moriscos de Granada en el siglo XVI. Estas casas mantuvieron las características básicas de la arquitectura residencial nazarí de los siglos XIII-XV: distribución alrededor de un patio, fachadas con ausencia de decoración y vanos, exceptuando la puerta de entrada, y sistema de acceso en recodo para garantizar la intimidad. Aunque la mayoría contaba con dos plantas, el patio era el centro de la vida familiar, que se desarrollaba fundamentalmente en la planta baja, donde también había un zaguán, una letrina y una pequeña cocina.

Al principio del periodo nazarí la planta alta tuvo un papel secundario, pero en la etapa morisca se produjo casi siempre una igualdad entre ambos niveles, que repetían la misma disposición. Ello implicó el incremento del número de galerías para facilitar el acceso a las habitaciones superiores. En los elementos tallados en madera de estas galerías es donde más se nota la aparición de motivos decorativos de la cultura cristiano-occidental, góticos al principio y renacentistas después, combinados con los de tradición islámica como son los mocárabes.

En el barrio del Albaicín, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1994, existen todavía más de ochenta de estas casas, que constituyen un conjunto de gran valor arquitectónico e histórico, aunque muchas todavía presentan un estado precario de conservación.

La iniciativa privada ha promovido la mayor parte de las intervenciones, contando algunas veces con pequeñas ayudas de las instituciones públicas. Todas las casas son de propiedad particular, salvo una perteneciente al Patrimonio del Estado y otras dos ubicadas dentro de conventos de monjas.

Aproximadamente la mitad de dichas viviendas han sido rehabilitadas en las tres últimas décadas, salvo la Casa del Chapiz, restaurada en 1932 para albergar la Escuela de Estudios Árabes.

Los usos a los que se destinan las casas rehabilitadas son los siguientes: 23 son viviendas unifamiliares, 11 son viviendas plurifamiliares, 3 tienen uso hotelero, 2 están integradas en conventos de monjas y 1 es un centro de investigación.

El uso unifamiliar permite recuperar el patio como centro de la vida con toda su intensidad, al menos durante los meses de junio a septiembre. El tamaño de las casas admite también en algunos casos realizar un uso estacional de las salas principales, dadas las considerables diferencias de temperatura entre las plantas baja y alta.

El uso plurifamiliar que mantienen muchas de ellas, probablemente tenga su origen al final del siglo XIX, cuando se produjo la demolición de un número elevado de viviendas modestas en la Gran Vía de Colón. Gran parte de sus habitantes tuvieron que trasladarse al Albaicín y esta demanda provocó la subdivisión de muchas de ellas, para alojar varias familias en condiciones de hacinamiento. Con objeto de aumentar la superficie se cerraron las galerías y también parte de los pórticos, en los que se instalaron cocinas y aseos.

Casa Morisca Horno del Oro, Monumento Nacional del siglo XV. Nazarí. Mudéjar

A la izquierda del Paseo de los Tristes, frente a la Alhambra, se extiende el antiguo barrio residencial musulmán de Axares - Rabad Haxariz-, de la Salud o del Deleite, llamado así por sus buenas condiciones climáticas y la belleza de sus casas, elogiado en las poesías árabes por sus jardines y fuentes que animaban las casas de sus habitantes, caballeros y principales de la Ciudad. Comprendía desde el puente del Cadí, que fuera unión de la Alhambra y el Albaicín, hasta la puerta de Guadix alta en la Cuesta del Chapiz y estaba protegido por una muralla que enlazaba con esta puerta, desde el mencionado puente. Entre sus calles aún se pueden apreciar diversos restos árabes, siendo el monumento más significativo la Casa Morisca, ubicada en la calle Horno del Oro nº 14.

Sus características tipológicas y los elementos nazaríes tales como columnas y canecillos del alero parecen indicar que se trata de un palacete nazarí construido en siglo XV al que se añadió la planta alta en el período morisco.

Su fachada exterior es sencilla y acorde con el carácter intimista de la vida musulmana. Aunque en la actualidad presenta dos puertas, la primitiva debió ser la adintelada, que permitía acceder al patio por un zaguán en recodo, construyéndose posteriormente y en época morisca, la otra puerta, con arco apuntado de ladrillo, enmarcado por alfiz, que da directamente al patio. Se remata la fachada con alero sobre canes, con decoración tallada en los costados.

Un patio rectangular con alberca centra y ordena el edificio, un rasgo típico en la organización de la casa palacial nazarí, y en torno a él galerías, con frentes porticados en sus lados menores de tres arcos angrelados sobre columnas nazaríes que dan entrada a salas rectangulares con alcobas laterales, cubiertas con alfarje –techo horizontal de madera- presentando sus vanos de acceso tacas en las jambas y ventanillas en la parte superior.

En el cenador meridional se abre la escalera, pero hasta el siglo XIX en este lugar había una alacena con estantes, enmarcada por un arco gallonado con atauriques en las albanegas. La primitiva puerta de entrada a la escalera se situaría al lado, en el muro que la separa del patio.

La planta superior se abre al patio por medio de galerías adinteladas, con balaustrada de madera y cubiertas de alfarje en tres de sus lados, mientras que la otra está formada por arcos rebajados sobre pilares octogonales de ladrillo y se cubre con armadura de par-hilera. Dos estancias aparecen en esta planta. Una de ellas conserva en la puerta el arco angrelado y las tacas en las jambas, cubriéndose con una espléndida armadura de limas moamares, con labor de menado en el almizate, tres pares de tirantes sobre canes y restos de su antigua policromía. La sala del lado opuesto es similar, aunque más pobre en la decoración de su cubierta.

El indudable valor artístico de este palacete nazarí hizo que fuese declarado Monumento Arquitectónico Artístico por Real Orden de 6 de julio de 1922 y considerado en la actualidad Bien de Interés Cultural.


Es la sede la Oficina Técnica de los Festivales de Jazz de Granada en la que se realizan diversas actividades culturales de forma permanente: ciclos de conciertos, muestras de cine y video y exposiciones relacionadas con el jazz y la música contemporánea.

Casa Morisca Horno del Oro del siglo XV
Patio con alberca
                                             
Y en la calle Cuesta de la Victoria nº 9 está el Hotel Casa Morisca, convertida en hotel en el año 2001 (en una residencia noble de finales del siglo XV) lo vemos tan bonito que entramos para hacer unas fotos al patio que tiene su alberca, sus galerías de madera y su pilar, todo muy típico granadino.  

Fachada Hotel Casa Morisca

Patio con alberca
Y volviendo al Paseo de los Tristes que termina  en el Puente de Aljibillo, también llamado del Rey Chico o de Ibn Rasiq, este paso de origen islámico conecta los paseos de los Tristes y del Aljibillo. Este puente, conocido ya por descripciones del siglo XIV, se reconstruyó en el siglo XVII.

 


Cruzando este puente te adentras hacia la izquierda por el camino del Avellano donde está el Carmen de los Chapiteles y la fuente del Avellano.

Carmen de los Chapiteles, Construido entre el siglo XV y XVI.

Fue propiedad del Gran Capitán, Don Gonzalo Fernández de Córdoba, pero antes debió pertenecer a un hispanomusulmán rico. La vivienda, situada entre dos jardines, se estructura en torno a un patio, con dos pisos de altura. Las estancias se cubren con alfarjes, destacando la armadura ochavada de caja de escalera. Tiene unos capiteles árabes y góticos.


El Carmen de los Chapiteles está situado 80 metros por debajo del Generalife, residencia de Los Sultanes de La Alhambra, con el que compartía, además del agua de La Acequia Real, la frondosa y ubérrima Huerta Colora. Se encuentra justamente en el regazo que forma La Sabica con el río Darro, frente al Albaicin y el Sacromonte, arropado por el frondoso bosque de La Alhambra.   

   

Fuente del Avellano, fue muy importante en la vida de los granadinos en otros tiempos, no muy lejanos, ya que desde ella, acarreaban los aguadores el agua para beber de la mayoría de los ciudadanos, también y debido a ello, ha sido muy elogiada en poemas y cantares.

Entre finales del siglo XIX y principios del XX, la fuente del avellano fue el lugar de reunión del grupo literario de la Cofradía del Avellano, fundado y presidido por el famoso escritor e intelectual granadino Ángel Ganivet, precursor ideológico de la Generación del 98, embajador de España en Finlandia, y prolífico autor de libros tan logrados como Granada la bella (1896), Cartas finlandesas (1896) y el interesante ensayo Idearium español (1898), en donde expresaba su deseos de regeneración para la España del momento.

Desde este lugar se puede admirar el fabuloso paisaje del barrio del Sacromonte en toda su amplitud y profundidad. La pintoresca fuentecilla se abastece de las filtraciones naturales que manan de las porosas tierras arcillosas de la colina –formación geológica Alhambra–. Hoy cuenta con un pilar sencillo adosado a un aljibe de mampostería semienterrado en la ladera. Arriba, una leyenda en piedra comenta cómo en 1827 el XXIV Caballero Don José Martín le dio su actual aspecto, mientras un azulejo de 1940 rememora las tertulias literarias y filosóficas organizadas por Ganivet, durante las sesiones de su amada cofradía del Avellano.

Fuente del Avellano
Entorno de la Fuente del Avellano, al fondo se ve
la Abadía del Sacromonte

Y siguiendo recto desde el Puente del Aljibillo se va a la Cuesta de los Chinos o del Rey Chico, es un camino muy empinado pero precioso que conduce a la Alhambra, en época musulmana era la entrada a la Alhambra y por donde huyó Boabdil (el Rey Chico).














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